sábado, 14 de septiembre de 2019

Etapa dura para el héroe

JAVIER FERNÁNDEZ
11 Septiembre, 2019

'Capitán América: El hombre sin patria'. Mark Waid, Ron Garney. Panini. 160 páginas. 20 euros.

Tras la reciente edición del volumen titulado Operación renacimiento, continúa la recuperación del Capitán América de Mark Waid y Ron Garney dentro de la colección 100% Marvel HC con el tomo El hombre sin patria, que recopila los números 450 a 454 de Captain America, Captain America Ashcan Edition, Captain America: The Legend y material de Captain America Collector's Preview. Publicados originalmente en 1996, estos tebeos, en los que Steve Rogers es acusado injustamente y debe limpiar su nombre desde el exilio, conforman el segundo arco argumental de una de las etapas más recordadas del Centinela de la Libertad, cancelada abruptamente por la editorial para dar paso a ese engendro que fue el Capitán América de Rob Liefeld.


Malaga Hoy


viernes, 6 de septiembre de 2019

Última voluntad y testamento

JOSÉ LUIS VIDAL
05 Septiembre, 2019


Valentine Richards, una escritora fracasada, que se dedicada a ejercer de 'negro' literario, recibe un extraño pero atractivo encargo: plasmar en el papel la vida de un tipo del que nunca había oído hablar.

Antonio Luna se muere, está postrado en su lecho, aparentemente débil. Sus últimas fuerzas las quiere utilizar para que Valentine recoja esa existencia totalmente desconocida para el resto del mundo pero que, súbitamente, se transforma en una aventura del género pulp cuando un grupo de momias zombis aparecen en escena con la intención de acelerar el fallecimiento de Luna.

Deathbed
Joshua Williamson y Riley Rossmo.
Vértigo.
152 páginas. 16,96 euros

Pero esto no es todo, porque la verdadera misión de los no muertos es borrar de la memoria a los que conocieron al aventurero, matar a todas y cada una de esas mujeres, hombres, niños que en algún momento se cruzaron en el camino del hombre.

Así que, de un salto, Luna sale de su cama e inicia, junto a la escritora, un vertiginoso periplo a lo largo y ancho del planeta para intentar salvar a los amenazados de muerte. Y agarraos, avezados lectores, porque en este viaje no vais a poder coger aire, debido a la rapidez con la que se suceden los hechos.

Los monstruos les han tomado la delantera, así que una vez preparados, se inicia la carrera que, tras comprobar que algunos finados ocupan ya la siniestra lista de víctimas de los zombis, la pareja de protagonistas acude al funeral (siguiendo con el tono del título del cómic, Lecho de muerte) de una de las mujeres a las que Luna más amó, Maggie Mars, con la que compartió peripecias y esquivó peligros en el Area 51. ¿Adivináis a quiénes se enfrentaron allí, verdad?

Pero Luna es un tipo que con su actitud se ha ganado muchos enemigos, por lo que tendrán que salir pitando del lugar si no quieren descansar junto a la finada.

En este loco viaje van a conocer algo inaudito, la Iglesia de Luna, un culto nacido del propio Antonio, que siguen sus “enseñanzas” y en el que les aguarda una sorpresa, digamos, gastronómica…

Y de ahí, salvándose por los pelos, como debe ser, al fondo del mar, a los Jardines Subacuáticos de Womba, un lugar en el que Luna querrá escarbar en su propio pasado con la ayuda de unas letales medusas que pondrán en jaque al tipo y, de paso, a la escritora.

Hombres lobo del espacio exterior, recuerdos que estaban enterrados en lo más recóndito de la memoria… Todo esto para, finalmente, encontrarse cara a cara con la verdad. Ya nada será lo mismo para Luna y, por supuesto, para su partenaire, Valentine.

Resulta curiosa la analogía que se establece entre este divertido cómic, que tan presente tiene la muerte, y el propio 'fallecimiento' de la línea Vertigo, entre cuyas últimas obras publicadas se cuenta esta Deathbed, miniserie que ECC recopila en un tomo y que nos muestra, con un ritmo trepidante, el talento y la originalidad de la propuesta del guionista Joshua Williamson (Ghosted, Nailbitter, Flash, Birthright…) que, en esta ocasión está acompañado por el dibujante Riley Rossmo (Proof, Cowboy Ninja Viking, Batman-The Shadow, Martian Manhunter…), que nos ofrece un auténtico tour de force creativo a la hora de dibujar tantos y tan diferentes emplazamientos, enemigos y aventuras del protagonista.

Un cierre de lo más divertido y original para un sello, Vertigo, que nos ha regalado algunas de las mejores obras realizadas en este medio. Maravillas del terror, la ciencia ficción, fantasía y el género criminal.

Descanse en paz.



Malaga Hoy


El absurdo de la vida

JAVIER FERNÁNDEZ
04 Septiembre, 2019


'Caricatura'. Daniel Clowes. La Cúpula. 108 páginas. 15,90 euros.

Estos días, La Cúpula reedita también el álbum Caricatura, de otro de los grandes del tebeo independiente estadounidense, Daniel Clowes. El autor de Ghost World, David Boring y Paciencia ha sido comparado nada menos que con Nabokov, "por su complejo naturalismo y su sentido del humor", y tiene una rara capacidad para representar las contradicciones, el tedio y el absurdo de la vida contemporánea. El presente álbum contiene nueve historietas, la mayoría extraídas de los números 13 a 18 de la cabecera Eightball, con la que Clowes se dio a conocer a finales de la década de 1980. Como muestran ya estas piezas cortas, Clowes se merece el calificativo de genio, y su influencia en el desarrollo del cómic actual ha sido enorme.


Malaga Hoy


Sátira y mala leche

JAVIER FERNÁNDEZ
04 Septiembre, 2019


'Mundo idiota, 3'. Petter Bagge. La Cúpula. 176 páginas. 26,50 euros.

Mundo idiota es el nombre con el que se conoce en España la revista de cómic alternativo Neat Stuff, creada por Peter Bagge y publicada originalmente por Fantagraphics entre 1985 y 1989. Los quince números de Mundo idiota, compuestos de historietas cortas con distintos personajes recurrentes, lanzaron a Bagge a la fama, y este decidió cerrar la cabecera y abrir otra, la mítica Odio, centrada en las aventuras de Brad Bradley y su familia. Fantagraphics recopiló recientemente todo el material de Mundo idiota en dos tomos antológicos, y La Cúpula (que lleva apostando por Bagge desde su inicio) nos lo ha servido en tres estupendos integrales que merecen figurar en cualquier colección que se precie. Sátira y mala leche protagonizada por los Bradley, Chet y Bunny Leeway, Studs Kirby, el profesor George T. Muckleshoot, Girlie-Girl, Chuckie-Boy y compañía.


Malaga Hoy


El fin está aquí

JAVIER FERNÁNDEZ
04 Septiembre, 2019



'El reloj del juicio final, 1. Geoff Johns, Gary Frank. ECC. 40 páginas. 3,25 euros.

En pocas palabras, con El reloj del juicio final se completa la fusión (por absorción) del universo DC y el de Watchmen. ¿Se imaginan al Súper Destructor Estelar de Darth Vader topándose de frente con el monolito de 2001? Pues eso.

La cosa ha venido fraguándose desde hace tiempo. Por un lado, están las miniseries de Antes de Watchmen (muy bonita, por cierto la de los Minutemen, de Darwyn Cooke), que sirvieron para recordar a los lectores que no hay nada sagrado en el campo de la cultura popular (por desgracia, según unos; afortunadamente, según otros), tanto como para ir haciéndonos el cuerpo. Luego se dieron algunos guiños aquí y allá (véase el final de Universo DC: Renacimiento o la miniserie Batman/Flash: La chapa) hasta que se anunció la serie limitada que nos ocupa, escrita, cómo no, por Geoff Johns, la mente pensante detrás de Crisis infinita, Flashpoint y el citado Renacimiento, y dibujada por Gary Frank, que ya colaboró con Johns en una notable etapa de Superman o las novelas gráficas de Batman: Tierra Uno, por ejemplo.

A la vista está que Frank se ha tomado en serio su participación en El reloj del juicio final, en donde imita con gusto la peculiar narrativa de Watchmen, y también Johns parece haberse superado y está recibiendo buenas críticas, aunque habrá que esperar hasta el final para emitir el veredicto. Por lo pronto, lo que tenemos aquí es una secuela directa de la obra maestra de Alan Moore y Dave Gibbons, con Ozymandias en busca y captura, y tras la pista del Doctor Manhattan, después de que se haya revelado su siniestro plan para alcanzar la paz mundial, lo que, siete años después del final de la miniserie original, ha vuelto a poner al mundo al borde de un holocausto nuclear. En otra parte del multiverso, Superman se despierta con una pesadilla (ante el asombro de su esposa, Lois Lane) relacionada con la muerte de sus padres. ¿Qué más? Ah, sí, en el mundo de Watchmen, hay un nuevo Rorschach y Robert Redford ha llegado a presidente. Y serán doce números, claro está.



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El legado y los fans

Al devolver el anillo esmeralda a Hal Jordan, Johns se alinea con los que defienden el legado de DC y pregona un regreso a una época más optimista



JAVIER FERNÁNDEZ
04 Septiembre, 2019


'Green Lantern, Vol. 1: Renacimiento'. Geoff Johns, Ethan Van Sciver. ECC. 224 páginas. 24 euros.

Estamos en 2005, un par de añitos después de la llegada de Dan DiDio a la cúpula editorial de DC. En la competencia, y tras haber superado la bancarrota, Marvel lleva un lustro dando sopas con honda, esto es, con Joe Quesada y Bill Jemas concediendo libertad a los autores y propiciando una segunda edad de oro de la compañía, y DiDio quiere que DC dé un paso adelante y vuelva a ser relevante en un contexto marcado por las réplicas del terremoto ideológico que significó el 11-S.

Dos grandes tebeos de 2004, DC: La nueva frontera, de Darwyn Cooke, y Crisis de identidad, de Brad Meltzer y Rag Morales, reflejan a su manera los interrogantes de una sociedad lacerada por el atentado de las torres, pero también por los posteriores recortes de libertades, y, colocados uno junto al otro, reflejan también una especie de esquizofrenia editorial. De un lado, la pulcritud y luminosidad, la excelencia estética del trabajo de Cooke, como epítome de un saber hacer histórico de DC (al que han contribuido, a lo largo de las décadas, autores como Joe Kubert, Alex Toth, Carmine Infantino, Jimmy Thompson, Ramona Fradon, Curt Swan o el mismísimo Frank Frazetta); por otro, la deconstrucción sentimental, la ruptura con el pasado, el ruido mediático generado por el argumento de Meltzer, que incluye asesinatos, violaciones y otras pesadillas físicas y emocionales (y que retrotrae al lector a títulos tan polémicos en su día, y tan idiosincráticos de la editorial, como La Sombra, de Howard Chaykin, o el propio El regreso del Caballero Oscuro, de Frank Miller).


Observando estos dos polos, Green Lantern: Renacimiento, la miniserie de Geoff Johns y Ethan Van Sciver, se posiciona en un lugar intermedio. Al devolver el anillo esmeralda a Hal Jordan, Johns se alinea con los que defienden el legado de DC y hasta pregona abiertamente un regreso a una época más optimista, pero no logra escapar del todo del pesimismo imperante, visible en el tono crudo y la exaltación de la violencia (dos características que se harán todavía más patentes en la fallida Crisis infinita, una miniserie diseñada para celebrar e iluminar el universo DC y que, a la postre, terminó de sumirlo en un cieno oscuro). Antes de Renacimiento, Johns ya había demostrado una suerte de clasicismo estilístico y una atención obsesiva a la continuidad argumental en trabajos tan renombrados como JSA o Flash, pero es ahora cuando logra la conexión definitiva con los aficionados, que acudirán en manada a leer las aventuras del policía estelar, narradas, como están, por un auténtico fanboy.

El presente tomo de ECC recupera la miniserie con que da inicio uno de los grandes taquillazos de la historia de DC, las aventuras modernas de Green Lantern y toda su tropa. Es también el mejor trabajo de la larguísima bibliografía de Johns, arquitecto principal de la DC de Dan DiDio. Va con el prólogo publicado por la revista Wizard, de nuevo con dibujos de Sciver, y la guinda del Secret Files and Origins, una pequeña maravilla embellecida por el arte de Cooke.


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viernes, 30 de agosto de 2019

El sabueso de Bellotha Village

'Sir Tim O'Theo' (1971), de Andreu Martín y Raf, es una parodia tanto de las novelas de detectives de Conan Doyle, Ágatha Christie y C. K. Chesterton como del carácter británico


GERARDO MACÍAS
28 Agosto, 2019


'Lo mejor de Sir Tim O'Theo'. Guion: Andreu Martín. Dibujos: Raf. Penguin Random House Grupo Editorial, 2018.

La serie Sir Tim O'Theo es de las mejores creaciones de Raf. El protagonista es un Lord británico que vive en un pequeño pueblo ficticio: Bellotha Village, cerca de Londres. Sir Tim se dedica a desentrañar casos detectivescos. Habita una lujosa mansión, Las Chimeneas, con su mayordomo Patson y el fantasma Mac Latha, solamente visible para Sir Tim. Fuma en pipa y sufre gota. Su Rolls Royce es el coche más antiguo del lugar. De edad avanzada, luce cejas y mostacho canos, y monóculo. Cubre la calvicie con gorra a cuadros. Viste chaqueta, jersey de cuello de pico, bombachos, y pajarita. Raf parodia el relato detectivesco inglés de Conan Doyle, Ágatha Christie, y C. K. Chesterton.

Patrick Patson lleva a las órdenes del Sir desde su juventud, en el Ejército Colonial Británico. Se queja de la paga, pero acompaña al Sir en cada investigación. Viste uniforme de mayordomo. Su apellido parodia el del Doctor Watson.

El Sir tiene una pretendiente, Lady Margaret Filstrup, aristócrata viuda de un coronel. Sir Tim huye de la dama, que tiene a su servicio al fantasma Perkins y vive en Old Castle, cerca de Las Chimeneas.

Blops es sargento de policía. Soltero, gordo, con bigote, devoto de la cerveza y de las novelas de extraterrestres. Lleva treinta años de servicio, sin resolver un caso. Blops es pretendido por la hermana del agente Pitts, pero ella es activista del Ejército de Salvación, incompatible con la cerveza. Blops pretende a Lady Filstrup, que tiene un pequinés llamado Blopsy en honor al policía. Desde Scotland Yard, las peticiones de ingreso de Blops son rechazadas por el capitán Keyasaben y el teniente Nosey. El agente Pitts es bajito, y forma con Blops un dúo profesional con gran diferencia de tamaño. Visten de bobbies.

Bellotha Village ha tenido dos burgomaestres. El primero fue detenido al final de la aventura El secuestro del burgomaestre (primera de la serie y de este tomo). El segundo, se mantuvo en el cargo durante toda la serie. Es bajito, usa chistera, frac y pantalón mil rayas. Su nombre es Bert, pero su señora esposa es la única que le llama así.

Huggins es el tabernero. La traducción del nombre del pub, The crazy bird, cambia continuamente en español, simulando que el original está en inglés y entra nuevo traductor. El nombre más popular es El ave turuta (hay varios pubs en España con este nombre) pero se ha llamado: El pájaro demente; El pájaro chiflado; El ave chiflada; El pájaro turulato; etc.

Su primera aparición fue en otra serie de Raf, Flash el fotógrafo, en Mortadelo Extra Primavera (1971); fue poco después en Mortadelo Semanal nº 23 y en Súper Pulgarcito nº 7, donde debutó la serie del detective, formada por cinco historietas largas y cientos de relatos de dos a siete páginas.

Raf huye del abuso del plano medio que abunda en la Escuela Bruguera. Además, enriquece los fondos: comercios, mobiliario urbano y edificios reconocibles de una aventura a otra. El diseño de página se asemeja al montaje típico de teleserie, con planos de situación de Las Chimeneas, o de The crazy bird que dan paso a interiores; transiciones en los que el Rolls Royce anuncia los cambios de escenario...

Raf recurre a un equipo de dibujantes guiados por él mismo, firmando como "Raf & Equipo", además de Andreu Martín, escritor de novela negra; y Ron Clark, guionista británico que reclutó en España dibujantes para la editora inglesa IPC; entre ellos, Raf. El equipo hizo posible que Sir Tim estuviera con la frecuencia requerida en Mortadelo Semanal, Súper Pulgarcito, Súper Mortadelo, Mortadelo Especial, Mortadelo Extra, Súper Tío Vivo y Mortadelo Gigante.

Joan Rafart, Raf (Barcelona, 1928-1997), a mediados de los años cincuenta empieza a colaborar en La risa con series como Levy Berzotas; Mr. Cha-cha-cha; y Sherlock Gómez. También publica en TBO. En 1957, empieza a trabajar para Bruguera en las series Doña Lío Portapartes; Don Pelmazo... A principios de los sesenta, publica en Inglaterra, y a mediados colabora con Bruguera en las series Campeonio; Flash, el fotógrafo; y Manolón, conductor de camión; hasta que en 1971 crea Sir Tim O'Theo.

En 1986, crea para la revista Guai! la serie Mirlowe & Violeta. En 1992, recibió el Gran Premio del Salón Internacional de Cómic de Barcelona.



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