viernes, 18 de enero de 2019

Popeye: la energía de un nonagenario

Se cumplen 90 años de su primera aparición en la tira 'Thimble Theater'.

Icono pop e inspiración de los artistas más dispares, el marino conserva aún una innegable popularidad.


EFE
Nueva York, 16 Enero, 2019

Popeye el marino, icono animado de la cultura pop y conocido por la fuerza que le daban las espinacas, sigue sacando músculo en su 90 cumpleaños, ocasión que su legión de seguidores está aprovechando para rememorar sus momentos de gloria.


Fue el 17 de enero de 1929 cuando Popeye apareció por primera vez en el cómic Thimble Theater, una tira que, sin embargo, llevaba publicándose en el periódico The New York Evening Journal desde 1919 y que tenía como protagonista principal a Olivia Olivo.

"Increíblemente creativo, bien escrito, magníficamente dibujado", decía en las redes sociales uno de los seguidores de Popeye, que destaca la versión con que este singular marino se ganó al público en los hoy celebrados cómics de los años 30.

La multitud de seguidores de Popeye recuerdan también en estos días la influencia que el personaje ha tenido en cientos de obras de arte que han reproducido su silueta, desde murales en la ciudad de su creador hasta grafitis en Estambul.

Tampoco se olvidan los fanáticos de Popeye del papel que interpretó el difunto Robin Williams en la película que se le dedicó a este héroe en 1980, ni de la resplandeciente estatua del artista Jeff Koons, que en 2014 se vendió en una subasta por 28 millones de dólares y que puede verse en Las Vegas.

Para celebrar el 90 aniversario del fornido marinero, la página web oficial despliega un riguroso repaso por sus 9 décadas, en las que ha pasado de ser un personaje secundario del Thimble Theater a convertirse en una de las adaptaciones televisivas de un cómic más exitosas de la historia.

"Ja think I’m a cowboy?! (¿Crees que soy un vaquero?)" fue la primera y sencilla frase que el creador del cómic, Elzie Crisler Segar, le dio a Popeye, que aparecía ya retratado con una pipa en la boca, sus icónicos brazos musculosos y el tatuaje del ancla.


No fue hasta siete meses después de su debut que saltaron las chispas entre Olivia y Popeye, el 27 de agosto de 1929, cuando ella le da un beso en la mejilla por equivocación y da un involuntario comienzo a su larga y tumultuosa historia de amor.


Su famosísima ingesta de espinacas no se convirtió en uno de las principales características de Popeye hasta la década de los 30, cuando muchos de sus fans aseguran que la creación alcanzó su máximo esplendor. Tal era la influencia del marinero que la industria de la espinaca reconoce que gracias a él el consumo de esta verdura en EE UU subió un notable 33%. Hoy la marca Allens sigue vendiendo este producto bajo el nombre de Espinacas Popeye.

Su éxito le llevó a saltar del carácter estático del papel a ser un dibujo animado en la gran pantalla el 14 de julio de 1933 en la película Popeye the Sailor (Popeye el marino), producido por Fleischer Studios y distribuido por Paramount Pictures, en la que se introdujo la canción I’m Popeye the Sailor Man (Popeye el marino soy). Gracias a su serie de dibujos animados fue hasta los años 60 uno de los personajes más célebres de la televisión. El mercado editorial también quiso explotarlo: en febrero de 1948 se le dedica su propia serie de libros.

En el 61, su relevancia en la cultura pop queda plasmada en su aparición en retratos de artistas de la talla de Andy Warhol y Roy Lichtenstein, mientras que en el 82 salta al mundo de los videojuegos con una creación de Nintendo.

Pese a su ya avanzada edad, Popeye siguió estando muy presente, con Universal Studios que le dedicó a partir de 1999 una de sus atracciones de su parque de Orlando, Florida. En 2004 el icónico Empire State Building celebró el 75 aniversario del marinero iluminándose de verde del 16 al 18 de enero.

En los últimos años, Popeye se ha negado a disminuir su presencia, y, adaptándose a los tiempos, ha protagonizado la promoción del consumo de leche en EE UU, así como de productos cosméticos de Khiels, las chanclas Havaianas o fragancias del diseñador Jean Paul Gaultier. Pese a su ya larga vida, el personaje no ha perdido el cariño del público ni el interés con el que aún lo observan los publicistas.



Malaga Hoy


Un lugar en el mundo

JAVIER FERNÁNDEZ
16 Enero, 2019

'La furgo'. Martín Tognola, Ramon Pardina. La Cúpula. 180 páginas. 16,50 euros.

La furgo es la nueva colaboración entre Ramon Pardina (Barcelona, 1977) y Martín Tognola (Buenos Aires, 1972), que ya firmaron los títulos humorísticos Me gusta la tele y Me gusta el sexo. Pardina es escritor y guionista televisivo, entre otras cosas, y Tognola trabajó en la prensa argentina antes de mudarse a Barcelona, donde ha desarrollado su carrera como portadista e ilustrador de libros y revistas nacionales e internacionales. Impreso en elegante bitono, el presente álbum es una encantadora comedia con el trasfondo de la crisis de valores y el derruido paisaje social contemporáneo. Narra la historia de Oso, un fortachón que vive en una furgoneta y se gana la vida como puede, tratando de encontrar su lugar en el mundo.


Malaga Hoy


Materia sensible

JAVIER FERNÁNDEZ
16 Enero, 2019


'La tierra sin mal'. Raúl. Dibbuks. 40 páginas. 20 euros.

Si hace poco les hablaba con gozo del retorno a librerías (por partida doble) de Federico del Barrio, hoy me siento todavía más feliz de dar noticia de la aparición de La tierra sin mal, con el que Raúl regresa a la historieta después de casi 25 años de silencio. (Y digo casi porque, por un lado, son 24 los años transcurridos entre la publicación del presente álbum y el anterior, Ventanas a Occidente, pero también porque en este tiempo han aparecido algunas páginas dispersas en revistas y libros colectivos, y el monumental volumen antológico Contra Raúl, editado en 2016 por Ponent Mon, recogía diversos trabajos inéditos.)

Como he escrito en más de una ocasión, para mí, Raúl es el mejor dibujante de la historia del cómic español, y todas y cada una de sus obras brillan a nivel estratosférico. Raúl es, además, un auténtico vanguardista que analiza el lenguaje gráfico y lo hace avanzar continuamente en direcciones inesperadas, con la firme voluntad de un pionero. Es, además, un humanista, de modo que la lectura de Raúl nos proporciona una profunda (y poética) reflexión sobre la condición humana, sobre el lugar del individuo en sociedad.

La tierra sin mal toma estos dos extremos, la investigación formal y la prospección humanista, y las cose con lo que el propio autor denomina "materia sensible", cuestiones personales y familiares ("mimadas flores de interior") que resultan de lo más emocionante. En lo meramente físico, Raúl ha partido de una serie de ilustraciones, que dejan al lector sin aliento, y las ha fraccionado y barajado a lo largo del álbum siguiendo un hilo narrativo que viaja desde lo general a lo particular, transitando por conceptos culturales, anécdotas históricas y recuerdos infantiles, con los sonidos como motivo y la cuenta atrás como recurso argumental. El álbum tiene un bellísimo formato vertical alargado, pero exige ser girado para leerse horizontalmente, y es que sumergirse en la propuesta de Raúl implica siempre abrazar otra forma de mirar.



Malaga Hoy


Un médico en casa

'El doctor Cataplasma' (1953), de Martz Schmidt, es un médico cuya principal preocupación no es la salud de sus pacientes, sino sus propias penurias económicas



El doctor Cataplasma

GERARDO MACÍAS
16 Enero, 2019



'Súper Humor El doctor Cataplasma'. Guion y dibujos: Martz Schmidt. Ediciones B, 2009.

La telecomedia Un médico en casa fue una serie británica protagonizada por Barry Evans y producida por London Weekend Television de 1969 a 1970, basada en un conjunto de novelas escritas por Richard Gordon sobre las desventuras de un grupo de estudiantes de Medicina.

Algunos años antes, en 1953, debutaba en la Editorial Bruguera la serie de historietas humorísticas de un médico que tenía la consulta en su propia casa. El doctor Cataplasma, creado por Martz Schmidt, apareció por primera vez en la revista Pulgarcito nº 1.139. Las historias se desarrollan en página única, ajustadas siempre a la fórmula del gag basado en malentendidos. Después se publicó también en otras revistas de la editorial e incluso encabezó la suya propia, Súper Cataplasma, en 1978, aunque solamente duró 16 números.

El doctor Cataplasma es bajito, de cabello largo y blanco, que siempre lleva cubierto con una enorme chistera, con una gran nariz y una barba blanca que le llega casi hasta el suelo. El doctor Cataplasma es un personaje que por su aspecto rezuma antigüedad y, por ello, su visión de la medicina tiene algo de medieval y de alquimista. El doctor Cataplasma está inspirado en uno de los personajes de una tira clásica de la prensa norteamericana de principios de siglo, The katzenjammer kids, de Rudolph Dirks. El doctor se basa gráficamente en el personaje de John, el inspector, camarada de armas del capitán y también víctima de los niños terribles.

La otra protagonista es su criada Panchita, una alta y gruesa mujer de raza negra, que se cubre la cabeza con un pañuelo y lleva a menudo delantal. Panchita es el único ejemplo de criada de color en toda la historia de Bruguera, acaso inspirada en la Hattie McDaniel de Lo que el viento se llevó, con su aspecto remanente del pasado colonial. Aunque es la criada, actúa cada vez más como un igual en vez de como un subordinado.

La relación entre Cataplasma y Panchita es casi familiar: viven juntos bajo el mismo techo, aunque en realidad son empleada y patrono y rara vez la primera recibe dinero del segundo. Al doctor le revienta el atrevimiento y pereza de su fámula, pero no sabría vivir sin ella; a ésta, por su parte, le irrita la tacañería de su patrón, pero disfruta de una vida cómoda.

El doctor Cataplasma tiene problemas económicos, por lo que su principal preocupación no es la salud de sus pacientes sino sus penurias financieras, tema muy común entre los personajes Bruguera de los cincuenta y sesenta. Precisamente es a Panchita a quien debe más dinero.

Un personaje secundario de relevancia es la señora Millonetis, una acaudalada dama de la que Cataplasma espera recibir ayuda económica, por lo que se pliega a todos sus caprichos, pero no duda en explotar su hipocondría y diagnosticarle enfermedades cuando necesita fondos.

Bajo el seudónimo de Martz Schmidt se ocultaba Gustavo Martínez Gómez (Cartagena, Murcia, 1922-Barcelona, 1998). Desde muy joven, Gustavo demostró tener una aptitud especial para el dibujo, que siguió practicando incluso cuando sus estudios se vieron interrumpidos por la Guerra Civil. En 1940, ilustra un libro de poemas cuyo autor le sugiere que adopte un nombre artístico. Nacerá entonces su identidad de Martz Schmidt.

En 1949 se mudó a Barcelona. Tras varios empleos, Gustavo consigue un trabajo en Ediciones Clíper como ilustrador e historietista. Aparecen entonces sus primeros personajes: Toribio, Doctor Cascarrabias, Pinocho… Seguirían colaboraciones para Hispano-Americana de Ediciones, los periódicos La Prensa y Paseo Infantil, y en 1953 se integró en Editorial Bruguera.

El exitoso modelo del Doctor Cataplasma sería trasladado por Schmidt, con variaciones o excepciones, a algunos personajes que figuran en este tomo, que son los siguientes: El profesor Tragacanto y su clase, que es de espanto (con el corpulento bedel Petronio); Polvorilla, traviesa modistilla (que no sigue esta fórmula); El sheriff Chiquito, que es todo un gallito (enano de barba blanca, similar a Tragacanto y Cataplasma, enfrentado al indio Ojo de Canguro); Pepe, K. O. (un forzudo voluminoso, pero sin oponente fijo); y Deliranta Rococó (una rolliza señora de alcurnia y su menordomo Braulio, que en este caso es el sufridor).


Malaga Hoy


miércoles, 16 de enero de 2019

El nuevo cómic de Astérix y Obélix saldrá en otoño

Será el cuarto álbum escrito por Jean-Yves Ferri y dibujado por Didier Conrad


Madrid 14 ENE 2019





Astérix y Obélix, los personajes de la irreductible aldea gala que en 2019 cumplen 60 años, tendrán un nuevo álbum, publicado por Salvat, el próximo 24 de octubre. Será el número 38 y su título aún no se conoce. Tampoco la temática de la nueva historia de estos famosos galos que, gracias a la poción mágica del druida Panorámix, forman la mayor resistencia contra los romanos de Julio César en el año 50 antes de Cristo. Pero antes que éste vea la luz se publicará otra entrega que lleva al cómic el argumento de la película recién estrenada El secreto de la poción mágica.


Primera viñeta del nuevo álbum de Astérix.

Este será el cuarto álbum escrito por Jean-Yves Ferri y dibujado por Didier Conrad con los personajes ideados originalmente por René Gosciny y Albert Uderzo, y gracias a los cuales se han vendido 380 millones de ejemplares traducidos en 111 lenguas y dialectos desde 1959, según informa Efe.

Con motivo del 60 aniversario del nacimiento de Astérix y Obélix, también se lanzará a primeros de marzo una edición de lujo con las 44 planchas originales entintadas por Albert Uderzo, además de un dosier exclusivo de treinta y dos páginas sobre los secretos de la creación del álbum con el que se inició la colección. A España, los héroes galos llegaron una década después, en 1969, en una aventura que consistía en entregar a Pepe, el pequeño ibero secuestrado por los romanos, a su padre, el jefe Sopalajo de Arriérez y Torrezno y, para celebrar ese medio siglo, también se volverá a publicar en marzo, en gran formato, aquel cómic, titulado Astérix en Hispania. 



El Pais

Vida en el extrarradio

La carrera del cordobés Andrés G. Leiva habla de un historietista inquieto, dispuesto a tomar riesgos, con un talento innato para la narración



JAVIER FERNÁNDEZ
16 Enero, 2019

'Uno de esos días'. Andrés G. Leiva. Dibbuks. 112 páginas. 20 euros.

La carrera de Andrés G. Leiva (Córdoba, 1969) nos habla de un historietista inquieto, dispuesto a tomar riesgos, con un talento innato para la narración y un estilo gráfico muy personal que se ha construido a base de asimilar y superar la influencia de nombres tan destacados de la historieta como Corben, Moebius, Mattoti, Tardi, Das Pastoras o Gipi. No es raro que en sus tebeos destaque la plasticidad, pues Leiva es licenciado en Bellas Artes y ejerce, desde hace más de veinte años, como profesor de dibujo. Desde que, en 1998, obtuviese un accésit en el Primer Certamen de Cómic Injuve, el artista ha publicado un puñado de álbumes que no dudo en calificar de valiosos: Historia de Iván (Diputación de Córdoba, 2000; reeditado en un volumen enriquecido con material extra por Bandaàparte en 2015), El misterio de Electra/Hórrible Hórreo (Sins Entido, 2002; un original flipbook que mereció la nominación a Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona), Juana de Arco (Sins Entido, 2004; furiosa recreación de la vida del personaje histórico que fue nominada al Premio a la Mejor Obra también en el Salón del Cómic de Barcelona), Evelyn (Sins Entido, 2009; tebeo gótico y atmosférico premiado por la Diputación Provincial de Cuenca), Serie B (Dibbuks, 2014; en el que, un poco a lo Fellini, Leiva ahonda en su querencia por la cultura popular).

A estos se suma ahora Uno de esos días, de nuevo en el catálogo de Dibbuks, después de que se alzase con el Premio Ciudat de Palma de Cómic 2017. La historia comienza cuando el propio dibujante visita a sus padres en el piso familiar situado en el Sector Sur de Córdoba y se topa con una caja llena de trastos de su infancia: una cinta de Leño, una linterna, una cantimplora, una cámara de fotos, una taza de Naranjito, una barra de pegamento Imedio, una especie de máscara, un radio despertador, el libro El fin del mundo, etcétera. La secuencia del presente, realizada en blanco y negro, da paso de inmediato al relato del tiempo pasado, pintado espectacularmente a color, que relaciona todos esos objetos. Así, Leiva nos cuenta los extraños sucesos de "uno de los días más largos y extraños de mi vida": el niño que fue, obsesionado con la amenaza nuclear, así como con una posible invasión extraterrestre, convence a sus amigos, el Fali y el Canijo, de que deben fabricarse máscaras antigás y un refugio contra la radiación. La anécdota sirve para describir la vida en un barrio del extrarradio a comienzos de la década de 1980, en donde el fin del mundo se convierte en una metáfora de otros peligros más palpables como las drogas, la delincuencia o la propia tensión política en los albores de la democracia. Sin renunciar a las digresiones oníricas que tanto gustan al autor (y que aquí se concentran en la parte final), el álbum posee un carácter costumbrista que añade nuevas texturas al universo de Leiva y abren nuevas posibilidades a una obra en marcha que figura entre lo más interesante del cómic español de los últimos años.


Malaga Hoy


martes, 15 de enero de 2019

Tragedia en Oriente

JAVIER FERNÁNDEZ
09 Enero, 2019


'Colección Jesús Blasco - Cuto, Vol. 2'. Hermanos Blasco. ECC. 176 páginas. 25 euros.

Ecc sigue adelante con ese sueño hecho realidad que es la Colección Jesús Blasco, necesaria reivindicación de uno de los nombres fundamentales del cómic español. "Su biografía", nos recuerda Pepe Gálvez en la primera de las introducciones de esta cuidada edición, "era la de un creador currante, de un profesional creativo (...). Dibujó en los tebeos de antes y de después de la guerra de 1936-1939, y en ellos se multiplicó en la producción de personajes y series. Consiguió consolidar aquí y una base de prestigio antes de emprender la conquista de otros mercados más rentables, antes de extender internacionalmente su prestigio. Jesús fue proclamado presidente del Salón del Cómic porque en aquel momento representaba mejor que nadie la memoria y la actualidad de la historieta que entonces pasaba a llamarse cómic. (...) la biografía profesional de Jesús Blasco representaba el enlace entre el pasado y el presente, el compañero que había sobrevivido a la precariedad de una industria débil y a sus crisis, y también el autor de la imagen y/o la historieta admiradas. (...) Jesús Blasco era el patriarca del cómic español".

La larga cita resume la importancia del creador de Cuto, Anita Diminuto o Zarpa de Acero, un artista inmenso para el que me faltan adjetivos. De momento, la Colección Jesús Blasco ha publicado tres volúmenes imprescindibles para cualquier amante del noveno arte: Los guerrilleros (un western francobelga) y dos tomos dedicados a Cuto, su personaje por excelencia. El segundo de ellos contiene las historietas Granujas y caballos, El castillo del terror, varios relatos cortos, la monumental Tragedia en Oriente y la aventura de corte realista La escuadrilla de la muerte. El conjunto se completa con diversos textos que analizan la vida y la obra de Blasco y sus hermanos: la mencionada introducción de Gálvez, un análisis de Tragedia en Oriente y un repaso de trabajos realistas menos conocidos del dibujante, ambas cosas a cargo de Joaquim Noguero.



Malaga Hoy