viernes, 24 de agosto de 2018

Misterios de la carne

El protagonista de la obra es un reflejo de la propia infancia del autor, de su crecimiento en una familia de clase media norteamericana


JAVIER FERNÁNDEZ
22 Agosto, 2018

'Big Baby'. Charles Burns. La Cúpula. 108 páginas.


A Charles Burns lo descubrí, como tantas otras cosas, gracias a la revista El Víbora, allá por la década de 1980, y me enamoré de su trabajo desde el principio. La Cúpula editó pronto una recopilación de algunas de sus historietas con el sugestivo título de Misterios de la carne, inquietante desde la propia cubierta. Pero, no recuerdo bien por qué, no lo compré en su momento y no pude encontrarlo cuando quise comprarlo, de modo que se quedó en el listado de deseos durante años y años. (Por fortuna, sí lo pude leer, lo que solo sirvió para renovar mis votos con Burns y aumentar mi ansiedad por encontrarlo.) La sed de Burns siguió creciendo y me lo encontré en algún número de Raw y en la estupenda recopilación estadounidense de Hard-Boiled Defective Stories por parte de Penguin, con las aventuras de El Borbah. Para entonces, el indie americano había estallado en España y esto que nos parecía una rareza comenzó a convertirse en algo casi cotidiano. Daniel Clowes y Peter Bagge eran los nuevos ídolos, pero yo tenía fijación con la generación anterior, con Gary Panter, de quien tan pocas cosas han llegado a España, y, claro está, con Charles Burns.

La Cúpula fue durante lustros la casa de Burns en nuestro país, y el genio tuvo su momento con la salida de una batería de tebeos de grapa y álbumes, pequeñitos y compactos, como Big Baby, El Borbah y Skin Deep, más esa obra maestra del medio que es Agujero negro, quintaesencia de un autor irrepetible. Burns es sencillamente uno de los autores más trascendentales que han surgido de la escena independiente, y su influencia es enorme, tanto en lo puramente estético como en lo que se refiere al contenido. Su obra toma elementos del terror y la ciencia ficción clásica, las viejas películas en blanco y negro de la década de 1950, y la actualiza con una sensibilidad contemporánea, explotando la componente social y cultural de la paranoia y llevando los motivos al terreno de lo psicológico. Su línea es sorprendentemente limpia, y en ella juegan un papel destacado el contraste de negros y blancos y la dulzura y rotundidad del entintado. (También el color, en sus últimos y aún más sorprendentes álbumes, merece el adjetivo de sobresaliente.)

De un tiempo a esta parte, La Cúpula ha venido reeditando las antiguas colecciones en un formato mayor, y no hace tanto que llegó a librerías la nueva edición de Big Baby, cuyo protagonista es Tony, un niño que, según reza en la solapa "está dotado de una imaginación hiperactiva, tiene miedo a la oscuridad, y vive a medio camino entre la luminosa vivienda de una familia de clase media y los oscuros rincones de su calenturienta cabeza". En palabras del propio Burns: "El personaje de Big Baby es en muchos aspectos un retrato abstracto de mi propia infancia, de mi crecimiento en una familia de clase media norteamericana. A ambos nos gustan los mimos programas de tele, los mismos juguetes, y ambos tenemos una febril imaginación que a veces nos mete en problemas". Recomendable es poco, yo diría imprescindible.


Malaga Hoy


El santoral de la viñeta por Max

Un descuido imperdonable. Se me pasó poner este resumen inmenso de la historieta española en una tira de viñetas.


Trampantojo/por Max

El Pais, Babelia Nº 1.377 14 de abril de 2018

domingo, 19 de agosto de 2018

Operación Dragón

Y como Roy Thomas, Gil Kane, Chris Claremont y John Byrne participaron en la serie


GERARDO MACÍAS
15 Agosto, 2018




'Integral Puño de Hierro'. Guion: Chris Claremont, Roy Thomas, Len Wein, Doug Moench, Gerry Conway, Tony Isabella, Marv Wolfman y Ed Hannigan. Dibujos: John Byrne, Gil Kane, Larry Hama, Jim Mooney, Arvell Jones, Pat Broderick, Ron Wilson, Mike Zeck y Sal Buscema. Panini Cómics, 2014.

La película hongkonesa de artes marciales Operación Dragón (1973), protagonizada por Bruce Lee, fue estrenada el 26 de julio de 1973, seis días después del fallecimiento del protagonista.

Había nacido la moda de las artes marciales, propiciada por las películas de Bruce Lee. Esto hizo que Marvel crease Puño de Hierro, un tebeo de artes marciales y superhéroes.

Roy Thomas y Gil Kane presentaron a Puño de Hierro en Marvel Premiere nº 15 (mayo 1974). En su debut, Daniel Rand recuerda acontecimientos de su infancia que lo convirtieron en maestro del kung fu: con su madre, su padre y el socio de éste, Harold Meachum, viajó al Himalaya para buscar la mítica ciudad de K'un Lun. Al llegar a un barranco, Meachum despeña a su socio para quedarse con la empresa. Daniel llega a solo hasta K'un Lun, cuyos monjes lo adiestran.

Daniel viaja a Nueva York para vengarse de Meachum, no sin antes luchar contra el dragón Shou Lao para obtener el Puño de Hierro que le permite canalizar su energía, convirtiéndolo en un arma viviente. Tras Thomas y Kane, hubo un baile de autores. Los siguientes ocho números de Marvel Premiere aportaron a Colleen Wing y su padre; Joy Meachum, heredera del imperio industrial que en parte debería ser de Daniel... Rand pasa de sediento de venganza a fugitivo de la justicia por un equívoco.

Entonces, llega quien supo entender al héroe: Chris Claremont (Inglaterra, 1950), que se hizo cargo de los guiones desde el nº 23 (agosto de 1975). Claremont vivió en USA desde niño. Nunca había contemplado el cómic profesionalmente, pero no rechazó la oferta de Marvel.

Característicos de la serie eran los textos en segunda persona, que Roy Thomas había introducido en lugar de los globos de pensamiento y que fueron continuados por los siguientes guionistas, Claremont incluido.

Con la llegada de John Byrne (Inglaterra, 1950) como dibujante, la serie experimenta un salto cualitativo. Byrne es fan de los superhéroes desde que de niño vio las televisivas Aventuras de Superman, lo que le llevó a buscar cómics de DC. Se muda con su familia a Canadá, donde conoció los cómics de Marvel.

Los novatos Claremont y Byrne dieron comienzo a su asociación y se editó Puño de Hierro nº 1 (noviembre de 1975). Byrne demostró facilidad para coreografiar escenas de acción. Además, sus personajes eran creíbles cuando charlaban o paseaban, una naturalidad que muchos eran incapaces de transmitir.

Chris Claremont y John Byrne fueron los autores que más hicieron por los personajes femeninos. En Puño de Hierro, equipara la capacidad de mujeres y hombres, cuidando a Colleen Wing y Misty Knight, socias de la agencia de detectives Las Hijas del Tigre.

Colleen Wing, de padre japonés y madre caucásica, fue creada por Doug Moench en Marvel Premiere nº 19, como la chica asiática atractiva que aparecía en las películas de kung fu. Claremont la convierte, en Marvel Premiere nº 24, en Cinturón Negro Tercer Dan, que entrena a Puño de Hierro.

Su socia, Misty Knight, es una expolicía negra a la que un atentado arranca un brazo, que reemplaza por uno biónico que le da superfuerza. Aunque Colleen era candidata a interés romántico de Danny, Byrne sugirió para ese papel a Misty, algo que por su carácter interracial supuso toda una apuesta.

Puño de Hierro nº 15 fue el de la cancelación, pero Claremont y Byrne cerraron las líneas argumentales pendientes en Marvel Team-Up nº 63 y 64 (noviembre y diciembre de 1977). En este título, Spider-Man unía fuerzas con diferentes personajes.

La editorial unió a Puño de Hierro con un héroe surgido de otra moda setentera: la Blaxploitation. La serie Luke Cage: Power Man trataba sobre un ex convicto negro al que un experimento dotaba de fuerza e invulnerabilidad. A partir del nº 50 (abril de 1978), la serie se llamó Power Man & Puño de Hierro y los héroes formaron una asociación profesional, dando lugar a una de las series más populares de los ochenta.

Puño de Hierro, junto a Powerman, formó el grupo Héroes de Alquiler y posteriormente militó en los Defensores y en los Vengadores.

En 2017, el personaje estrena la teleserie Iron Fist de Marvel/ Netflix, interpretado por el actor Finn Jones, que le vuelve a dar vida en la teleserie Los Defensores, del mismo canal.



Malaga Hoy

Explorando los límites

JAVIER FERNÁNDEZ
15 Agosto, 2018


'Homónimos'. Antonio Navarro. Norma Editorial. 212 páginas. 26 euros.

Dice Juan Díaz Canales en su introducción a Homónimos, la última virguería de Antonio Navarro: "Siguiendo la máxima del maestro Alberto Breccia, que defendía que cada historia necesitaba ser contada de manera diferente y apropiada a la narración, Antonio (Navarro) ha llevado al límite sus grandes capacidades creativas, forjadas en años de experiencia en el cómic y la animación, para deleitarnos con un catálogo de estilos gráficos y narrativos que van desde la línea clara hasta la técnica del stop-motion, pasando por el expresionismo más descarnado. Siempre con maestría, siempre con belleza, siempre con pertinencia". Y es que Homónimos es un verdadero alarde en lo que al apartado gráfico se refiere, pues Navarro nos ofrece aquí un conjunto de historias cortas (con un marco narrativo que las unifica y distintos motivos recurrentes para aportar un mayor grado de coherencia, como el uso obsesivo del nombre del autor en los distintos protagonistas o las citas que preceden a cada sección) ejecutadas cada una con técnicas distintas, hasta el punto de que se diría que están realizadas por diferentes artistas. Como indica Navarro en el "Post scriptum" del libro editado por Norma: "Este tebeo tiene la apariencia de una compilación de historietas cortas, pero les animo a buscar las claves, los recovecos, que hacen de él algo totalmente unitario".


El dibujante es también un escritor de raza, y los guiones son igualmente sobresalientes e igualmente variados en temas y ambientaciones. Este álbum fascinante nos recuerda que "homónimo" se aplica tanto a la persona o cosa "que, con respecto a otra, tiene el mismo nombre" como a la palabra "que se pronuncia como otra, pero tiene diferente origen o significado muy distante", y esos son los dos polos del libro: la coincidencia y la distancia. Y, en última instancia, consigue que arraigue en el lector la idea de la importancia de la narración y la imaginación como manera de afrontar y comprender nuestra vida. De la belleza del viejo arte de contar historias.

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De la realidad a la fantasía

JAVIER FERNÁNDEZ
15 Agosto, 2018

'Ardalén'. Miguelanxo Prado. Norma Editorial. 256 pág. 25 euros.

Premio Nacional del Cómic 2013, Premio Salón del Cómic de Barcelona 2013 a la Mejor Obra Nacional y Premio Expocómic 2013 a la Mejor Obra Nacional, por citar solo los tres premios más destacados de un palmarés impresionante, Ardalén es la enésima obra maestra de Miguelanxo Prado, uno de los autores más destacados del panorama contemporáneo de la historieta española. Con su estilo lírico y atmosférico, la cuidadosa planificación narrativa y el idiosincrático uso del color que caracteriza el trabajo de Prado, la novela gráfica conjuga pasado y presente, realidad y fantasía, vida y memoria hasta componer un denso tejido que encandila y emociona a los lectores, algo en lo que el autor de Trazo de tiza es un verdadero maestro.


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La realidad imaginada

La obra lleva al lector hasta la Francia de 1953, donde el dibujante de cómics Paco Torres recibe un misterioso encargo de su editor


JAVIER FERNÁNDEZ
15 Agosto, 2018

'Picasso en la guerra civil'. Daniel Torres. Norma Editorial. 148 páginas. 25 euros.

Como todo el mundo sabe, Daniel Torres (Teresa de Cofrentes, Valencia, 1958) es un nombre imprescindible de la historieta española de las últimas décadas. Su larga trayectoria comenzó en 1980 en la mítica revista El Víbora, y, desde entonces, el dibujante ha firmado trabajos tan reconocidos como la serie de ciencia ficción protagonizada por Roco Vargas, los álbumes del dinosaurio Tom, el premiado álbum El octavo día o el inclasificable y ambicioso libro La casa: crónica de una conquista, que describe minuciosamente la evolución del hogar a lo largo del tiempo. Encuadrado primeramente en la nueva escuela valenciana de los años 80 (junto a autores tan valiosos como Micharmut, Sento o Mique Beltrán), en la que se hacía patente, en mayor o menor medida la influencia de la línea clara franco-belga, Torres se granjeó una fama extraordinaria, no solo por su labor en el cómic, sino también por su destreza en el campo de la publicidad, la ilustración (a lo largo de los años ha colaborado con revistas tan prestigiosas como Playboy, Rolling Stones o Stern) y hasta la animación.

Muy recientemente ha llegado a librerías el álbum Picasso en la Guerra Civil, elegante fábula con el genio malagueño y el propio arte de la historieta como ejes principales. El argumento nos lleva a la Francia de 1953, donde el dibujante de cómics Paco Torres recibe un misterioso encargo de su editor: un tal Pablo Ruiz quiere que le dibuje una historieta. Así que Torres se monta en su moto con sidecar y se dirige hasta la casa La Galloise, situada en la localidad de Vallauris, para conocer a Ruiz. Una vez allí, se descubre que el tal Ruiz no es otro que Pablo Ruiz Picasso, quien, enamorado de los tebeos y rabioso por no haber podido combatir en la Guerra Civil, se ha decidido a contar una biografía ficticia en viñetas que narre su supuesta lucha contra Franco. En palabras del personaje: "¡Quiero tener veinticinco años! ¡Y quiero empuñar un fusil para pegarle un tiro a Franco!", y para eso necesita la ayuda de Torres. De más está decir que este, boquiabierto, acepta el encargo.

Así, las primeras 70 páginas del álbum narran las sesiones de trabajo y conversaciones entre los dos artistas, en las que se pone de manifiesto el humor y la fuerte personalidad del andaluz, sus contradicciones y su carácter dificultoso. Desavenencias creativas aparte, Torres consigue completar la tarea, y la segunda parte de Pablo Picasso en la Guerra Civil nos muestra al completo el álbum ficticio La verdadera vida de Pablo Ruiz, en el que el pintor se alista en el bando republicano y experimenta la realidad del conflicto bélico. Para ello, Daniel Torres se inventa un segundo estilo gráfico (y hasta un tercero en las páginas que reproducen el panfleto satírico Viñetas del frente). Todo este material hace del nuevo libro del valenciano un proyecto personalísimo, que confirma su voluntad de probarse con nuevos retos y su capacidad para explorar con éxito nuevos territorios argumentales. Para reinventarse, como hacen los más grandes.


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Reflexiones museísticas


JAVIER FERNÁNDEZ
15 Agosto, 2018

'Gótico'. Jorge Carrión, Sagar Fornies. Norma Editorial. 48 pág. 16 euros.

Mi querido Jorge Carrión, escritor mutante que no se cansa de tensionar con maestría los límites de los géneros y la escritura, se alía con Sagar en Gótico, un precioso librito que parte de la colección de arte gótico del Museu Nacional d'Art de Cataluya para reflexionar sobre lo que se entiende por museo en pleno siglo XXI, con el telón de fondo de la transformación de la antigua adoración a Dios en una reivindicación de lo humano. El resultado es un ensayo orgánico, a la manera de Carrión ("Un ensayo es una máquina que ordena y desordena, expropia y reapropia. Un laboratorio que experimenta con luces y discursos. Una exposición perpetuamente temporal"), en el que las estupendas ilustraciones de Sagar juegan un papel fundamental, y en el que texto e imagen dialogan de un modo particular, de modo que el conjunto tiene algo de tebeo deconstruido.


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