viernes, 4 de marzo de 2016

La última pirata

JAVIER FERNÁNDEZ



NEMO: RÍO DE FANTASMAS. Alan Moore, Kevin O'Neill. Planeta. 64 páginas. 8,95 euros.

Los fanáticos de La Liga de los Hombres Extraordinarios hemos disfrutado como enanos con la edición de la trilogía de Nemo, un entretenidísimo spin-off que recupera el sabor original de la célebre serie de Alan Moore y Kevin O'Neill. Comenzada con Nemo: Corazón de hielo y continuada con Nemo: Las rosas de Berlín, la citada trilogía alcanza su clímax en Nemo: Río de fantasmas, ambientada en la Sudamérica de 1975 y protagonizada por una Janni Dakkar octogenaria que remonta el Amazonas con el mítico Nautilus, acosada por los fantasmas de su pasado.

Como es natural en el escritor, y más en un tebeo relacionado con La Liga, el presente volumen contiene numerosas referencias a la cultura popular, pero el peso de estas no acaba lastrando la lectura, como puede aducirse en los últimos títulos de la serie madre. A fin de cuentas, de lo que se trata es de proponer una historia de aventuras, un tebeo de serie B, si se quiere, que seduzca y divierta sin más quebraderos de cabeza. Ahora que la novela gráfica se ha convertido en un territorio poblado de temas importantes y argumentos serios, Moore parece más empeñado que nunca en escribir cómics ligeros (siempre para sus estándares), y uno no puede sino aplaudir que haya títulos como este, fieles a la mejor tradición del pulp y del propio medio de la historieta. El apartado gráfico, por su parte, sigue deparando aciertos y momentos memorables gracias al buen hacer de un inspirado O'Neill, al que se le nota cuánto disfruta con los guiones de Nemo. Con su aparente sencillez, su tono paródico y la esperada profusión de splash pages (a las que cabría agregar las guardas impresas a todo color), el dibujante británico termina de redondear un producto que hará las delicias de todo el que quiera pasar un buen rato. Chicas nazis en ropa interior, piratas, dinosaurios, monstruos de la laguna, aeronaves, tanques anfibios, robots y malvados inmortales se dan cita en este impagable Río de fantasmas con el que concluyen las aventuras del heredero al trono del mismísimo Capitán Nemo.

Malaga Hoy

jueves, 3 de marzo de 2016

Portentoso Tezuka

JAVIER FERNÁNDEZ



FÉNIX, 11. Osamu Tezuka. Planeta. 456 páginas. 25 euros.


El undécimo volumen de Fénix contiene la segunda parte de la saga titulada Sol, serializada en su origen entre los números de enero de 1986 y febrero de 1988 de la revista Yasei Jidai y situada temporalmente entre La época Yamato y El pájaro de fuego. La portentosa serie de Osamu Tezuka figura entre los mejores tebeos de la Historia, a pesar de que se quedó inconclusa por la muerte del maestro. En sus últimos años, Tezuka declaró que los lectores debíamos considerar cada saga por separado, de modo que la ausencia de final resulta mucho menos importante que el camino recorrido. La presente recopilación emprendida por Planeta abarcará 12 tomos, de modo que ya casi podemos celebrar que se haya vertido en nuestro idioma la totalidad del título preferido de su autor. El volumen se completa con una valiosa sinopsis manuscrita por el propio Tezuka.

Malaga Hoy


Violencia y erotismo

JAVIER FERNÁNDEZ

HANZÔ. EL CAMINO DEL ASESINO, 9. Kazuo Koike, Gôseki Kojima. ECC. 448 páginas. 14,95 euros.


Hace pocas semanas les anunciaba que se había completado la edición en ocho volúmenes de El hombre sediento, y ya le va tocando el turno a Hanzô. El camino del asesino, el fenomenal manga histórico de Kazuo Koike y Gôseki Kojima, pues ha visto la luz el noveno de los diez números de que constará la colección de ECC. En este tomo, el protagonista Hanzô se disfrazará de anciano y se infiltrará en el círculo cercano a Shingen, poniendo a prueba a los ninjas del enemigo más peligroso de su señor. Intrigas políticas, violencia y erotismo se entrelazan en esta obra maestra de los celebrados autores de El lobo solitario y su cachorro, publicada originalmente entre 1978 y 1984 y por fin disponible al completo en nuestro idioma.


Malaga Hoy

martes, 1 de marzo de 2016

Raf, el padre de Sir Tim O’Theo

 Jordi Canyissà restituye la memoria de un icono del dibujo humorístico barcelonés de la escuela Bruguera a quien no se había hecho justicia

Raf, el padre de Sir Tim O’TheoRaf, dibujando a Sir Tim O’Theo (Amaníaco Ediciones)

PERE GUIXÀ 29/02/2016

Esta biografía del dibujante humorístico barcelonés Joan Rafart Roldán, Raf (1928-1997), revela que, si bien fue un autor insigne de Bruguera, difícilmente se le puede clasificar en el llamado estilo Bruguera. De hecho, para Raf y otros profesionales, el estilo Bruguera no fue sino el intento editorial de homogeneizar la creatividad de sus autores, de bruguerizar sus cabeceras, algo a lo que el dibujante siempre se resistió sin aspavientos. La biografía muestra la tensión entre el indudable estilo de Raf y los cauces de la industria.

Raf llegó tarde a la edad del oro del cómic (de los años 40 a 60), y se encontró una generación nueva cuando despuntó el cómic de autor (en el cruce de los años 70 y 80). La biografía analiza con mucho detalle el período entre los años 60 y 68, cuando trabajó internacionalmente.

Raf era anglófilo por bastantes motivos, y es sobre todo en sus dibujos para revistas británicas (Radio Fun, Film Fun, Buster y Tiger) donde creó varias series que siempre insistió en que fueran firmadas, aunque las agencias inglesas no lo permitiesen. De esta anglofilia, se gestó uno de sus grandes personajes, Sir Tim O’Theo.


Portada de "Raf. El 'gentleman' de Bruguera" (Amaníaco Ediciones)

¿Por qué Raf era un gran dibujante? El libro lo explica con alegría. La composición de la viñeta, el uso inusual de la perspectiva, el ligero contrapicado, un trazo menos redondeado de lo habitual, el gusto por el detalle que crea un segundo plano, el uso versátil de la técnica, la velocidad y la seguridad de ejecución, la importancia reconocida del guión, la elegancia del estilo, el aroma y la ternura gráficos, la renovación visual general de la historieta, todo esto se explica de modo significativo. En 1966, el dibujo de Raf era espléndido, según dice Ca­nyissà.

En los últimos años de su carrera, quedó un tanto relegado. Su temperamento tranquilo y afable escondía el afán de ir variando siempre de publicaciones, lo que en cierto instante, cuando el cómic disputó su espacio con otras formas de entretenimiento, fue inoportuno. Como ayudante de otros dibujantes, fue un desatino pues le resultaba imposible que no se viera su mano. Un cierto desengaño esquinó su prestigio hacia tan sólo unos cuantos profesionales y lectores.


Una viñeta que evoca a la serie más popular de Raf, la de Sir Tim O’Theo. ARCHIVO
Los compañeros de oficio (Conti, Gin, Papaseit, Escobar, Ibáñez, Peñarroya,Vázquez, El Perich, Andreu Martín...), la parte jocosa del ambiente laboral, sus grandes personajes(Sir Tim O’Theo, Doña Lío, Mirlowe&Violeta...),la gran huella brugueresca y las publicaciones posteriores (Guai!, ElJueves, Puta Mili, Creepy...), la influencia inicial de Junceda, el marchamo de ser un heredero de Opisso, su aportación al dibujo animado (sobre todo en el film El mago de los sueños),la afición por el equipo de fútbol del Espanyol, la dificultad de reconocer sus derechos de autor, el premio del Salón del Cómic de 1992, además de una muestra gráfica amplísima de su trabajo, revelan un libro de fuste que, tras repasar la trayectoria profesional y humana, alcanza su objetivo. Restituir la memoria de Raf.



Raf. El 'gentleman' de Bruguera
Jordi Canyissà
Amaníaco ediciones
Páginas: 416
Precio: 20 euros


La Vanguardia


MEMORIAS DE GUS Raul Arias + Nacho Moreno (Y van Tr3s)













































El Pequeño Pais año 2005


DANIEL CLOWES SALVADO POR LOS CÓMICS





El autor de Ghost world lleva toda su vida dando voz a los inadaptados. En Paciencia, ya ni pertenecen a nuestro tiempo

Por Guillermo Arenas



Rápido: pregúntale a cualquiera con mínimas nociones de cómic el nombre del primer autor que le venga a la mente. Puede que el interlocutor sea fan de los mundos desasosegantes y oníricos de Charles Burns, o que le guste perderse en los minuciosos universos de Chris Ware, pero es casi más probable que el nombre que aflore sea el que falta en el Olimpo de la novela gráfica estadounidense. Porque Daniel Clowes es parte de la realeza del cómic actual. Y, como sus compañeros de pedestal, ha llegado a serlo tras pasar mucho, mucho tiempo solo. Salvo por la compañía de sus tebeos, claro.

"Simplemente con ver los dibujos de alguien puedes saber cómo fue su infancia", explica Clowes desde su casa en Oakland, California, donde vive con su mujer y su hijo adolescente. "Si las viñetas están llenas de personajes, era de familia numerosa. Yo fui muy solitario. Mi hermano mayor se fue de casa cuando yo tenía seis años, y el resto de mi infancia lo pasé con mis abuelos en medio del campo, sin gente alrededor. Era casi como vivir en una cárcel muy cómoda", confiesa soltando una carcajada un tanto incómoda. "No había manera de escapar de allí, ni de hablar con gente de mi edad. Así que supongo que me sentí salvado por los cómics. Eran un lugar seguro. Desde muy pequeño tuve la impresión de vivir dentro de mi propia cabeza, de crear mi propio mundo". 

Esos mundos han estado irremediablemente poblados por personajes que, como él, no encontraban la manera de encajar en su entorno. Es el caso de David Boring, el joven que intenta saber algo sobre su padre ausente, o de Wilson, el cuarentón que habla con todo el mundo pero en realidad no aguanta a nadie. Por supuesto, así eran Enid y Becky, las adolescentes inadaptadas y obsesionadas por lo pasado de moda de Ghost world. Paciencia, la mujer que presta su nom¬bre a su última obra, es la recién llegada a esa colección de criaturas que no encuentran su sitio. "Me gustan los personajes que están solos por elección propia, que se oponen al resto del mundo. Son mucho más interesantes", explica su creador.

En Paciencia, Clowes lleva esa desubicación a un nuevo nivel gracias a un arma secreta: los viajes en el tiempo. "Siempre me ha atraído mucho la idea de volver atrás", confiesa. "Es como una versión moderna de los cuentos de hadas, como el genio que te concede tres deseos. Es uno de esos impulsos primarios que tenemos todos, especialmente de niños". Pero no, él ya no se pasa la vida queriendo regresar para arreglar aquello que dijo o hizo. "Cuando llegas a una cierta edad, tienes tal acumulación de errores y arrepentimientos que se convierten en parte de tu historia. Si volvieses atrás, tendrías que cambiarlo todo. Y creo que de eso trata Paciencia: somos acumulaciones de errores".





VIAJE ALUCINADO
En Paciencia, editado por Fulgencio Pimentel, Clowes da una vuelta de tuerca a su universo. Crímenes, personajes white trash y viajes en el tiempo en un cómic que habita un mundo propio.



Un error imposible de cambiar, en su caso, habría sido no dedicarse al cómic. "Cuando empecé, a mediados de los 80, no ganaba mucho dinero", recuerda. "La situación no era sostenible, pero no había nada más que quisiese hacer. Pensaba que acabaría en un trabajo de oficina que no me interesaría en absoluto y que dibujaría por las noches". Cuando se encontraba "en un punto muy bajo", apareció Eightball, su mítica serie en la que presentó por primera vez algunos de sus títulos más conocidos, desde Como guante de seda forjado en hierro a El rayo mortal. "De repente, todo empezó a funcionar, y me di cuenta de que podría continuar en esto unos años más. Pero es como andar en la cuerda floja: tienes que continuar, no puedes pararte".

Eightball no solo le permitió vivir de sus cómics, sino también convertirse en uno de los historietistas más influyentes de las últimas dos décadas. Gran parte de ese auge se lo debe a Ghost world, cuya adaptación al cine (con guión del propio Clowes) catapultó su fama a principios de los 2000, con unas jovencísimas Scarlett Johansson y Thora Birch como protagonistas. "No tengo ni idea de por qué esa obra fue tan popular", admite. "Me resulta curioso que todavía haya chicas que se sientan cercanas a Enid y Becky, porque no me parecen hijas de su época. Ellas intentaban evitar cualquier cosa moderna, era parte de su personalidad. Pero quizás sea porque mucha gente ha vivido una amistad como la suya, con la que puede identificarse".

En otras ocasiones, esa influencia que ha ejercido se ha vuelto contra él. A finales de 2013, el actor Shia LaBeouf, en plena fase de delirio artístico-psicótico, subió a Internet el cortometraje Howard Cantour, calco casi exacto de Justin M. Damiano, una historia breve de Clowes. Por supuesto, sin acreditar a su autor original. "Una semana antes de aquello me robaron un coche que había tenido desde hacía años. Quería regalárselo a mi hijo", recuerda el plagiado. "Lo acabaron estrellando contra un árbol. Cuando me enteré de aquello me sentí exactamente igual. Es imposible cuantificar el tiempo que empleas en crear algo así, no es solo lo que tardas en escribir y dibujar. Se trata de todo lo que has vivido y pensado hasta llegar allí".

Ese es el grado de intimidad con el que vive sus historias. Como Paciencia, en la que ha estado trabajando cinco años y cuya publicación es un acontecimiento en el mundo del cómic. La siguiente dosis de Clowes no se verá en papel, sino en la pantalla. La versión cinematográfica de Wilson, dirigida por Craig Johnson (The skeleton twins) y con Woody Harrelson y Laura Dern al frente del reparto, es su nueva incursión como guionista. ¿Y después? Después, la libertad absoluta: "Me encuentro en uno de esos raros momentos en los que puedo empezar cualquier proyecto que se me ocurra, así que voy a intentar preservar esa sensación de no tener nada sobre mi cabeza. Es divertido encontrarse en esa fase de exploración, pero también hay algo muy abrumador en no tener límites. Veremos, veremos". ©

El Pais de las Tentaciones número 10 - Marzo 2016



Emily Carroll El miedo nunca muere


Lecturas no obligatoras por Tereixa Constenla




'Cruzando el bosque' se publicó en inglés en 2014 con buenas críticas de la prensa anglosajona, incluidas alabanzas de dos especialistas como Scott McCloud yPaul Gravett. Es la primera novela gráfica de Emily Carroll, que hasta ahora había trabajado como ilustradora y autora de web cómics.y mereció en 2015 un Premio Eisner. Ese mismo año también recibió un Ignatz (galardón que distingue las obras y autores más destacados del cómic independiente) como mejor artista.

La ilustradora Emily Carroll (London, Ontario, 1983) fue una de esas niñas de fe en la lectura y en los monstruos. Cada noche leía y temblaba ante el momento de dejar de hacerlo. Temía que al extender el brazo para apagar la luz, algo o alguien invisible-pero-que-estaba-allí la agarraría e introduciría en el país del mal. Al crecer, la razón nos blinda contra los miedos infantiles que fabrica la propia imaginación. Pero la razón resulta una coraza endeble cuando alguien combina los elementos adecuados para conectar de nuevo nuestra fantasía con nuestra sinrazón.

En Cruzando el bosque (Sapristi), Emily Carroll lo hace con tal eficacia que ha sido recompensada con alguno de los galardones más reconocidos del cómic. Recurre a los elementos convencionales del terror (oscuridad, bosque, nieve...) para construir cinco historias escalofriantes, apoyadas sobre unos textos escuetos y eficaces y, especialmente, unas ilustraciones de belleza sobrenatural. Un efecto estético que recuerda el poder del Drácula de Francis Ford Coppola. En estos cuentos góticos no hay, lógicamente, electricidad ni apenas coches. Las víctimas viajan en carruaje, habitan en casas de madera y se pierden en bosques de árboles grandiosos. La Luna siempre está llena, y el Sol, en el ocaso. Abundan las madres ausentes y los padres que toman decisiones equivocadas. Hay complejos de culpa que desencadenan catástrofes del más allá y envidias que conducen a tragedias del más acá. En honor a las reglas del juego, la desobediencia infantil acaba mal. Aunque también la debida obediencia acaba como el rosario de la aurora. En su epílogo final, una versión libre de Caperucita, donde la niña logra atravesar el bosque de noche sin tropezar con su depredador, un lobo apenas esboza¬do con dientes y córneas señala la gran paradoja: "Has de cruzar estos bosques cada vez y para evitar al lobo deberás tener suerte cada vez..., pero al lobo le basta tener suerte una vez". Lo que demuestra Emily Carroll en Cruzando el bosque es que los viejos cuentos de terror nunca mueren •


El Pais Semanal nº2.057 / 28.02.2016