jueves, 22 de agosto de 2024

DOS MUJERES Y UN DESTINO

Elisa McCausland



Supergirl: La mujer del mañana

Tom King, Bilquis Evely y Matheus Lopes

ECC Ediciones

Estados Unidos

Grapa (8 núms.)

24 págs. (cada núm.)

Color

Traducción: Bárbara Azagra Rueda 

Rotulación: Juli Cases

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Supergirl: La mujer del mañana tendrá película propia. El reciente anuncio por DC Studios de que las aventuras de Kara Zor-El en la gran pantalla estarán inspiradas por esta miniserie de ocho números firmada por el guionista Tom King y la dibujante Bilquis Evely le ha dado alas entre el fandom a un personaje que, pese a gozar de otra adaptación cinematográfica estrenada en 1984 y una serie de seis temporadas emitida entre 2015 y 2021, nunca ha podido escapar a la sombra de su primo, el Hombre de Acero.

Sin embargo, el impacto de Supergirl: La mujer del mañana podría cambiar por fin esta percepción. Tom King apuntaba en Twitter que se trata de un cómic modesto y, a la vez, ambicioso, lo que certificamos tras su lectura. La apuesta de King nos recuerda a la reformulación arquetípica de la Capitana Marvel a cargo de Kelly Sue DeConnick. Su Supergirl ya no es un simple ejercicio de gender bending adolescente a partir de Superman, sino un personaje con entidad propia o, mejor dicho, como  siempre tratándose de King, con traumas propios vinculados a la institución familiar.

El relato sitúa a Supergirl en una celebración de cumpleaños crítica, por cuanto siente que su viaje superheroico no tiene demasiada entidad a pesar de todo lo que ha vivido, en un guiño meta a su propia (in)definición como personaje, salvo por lo que respecta quizá a su tratamiento por Peter David y Gary Frank en el periodo de entresiglos, objeto no por casualidad de un guiño en Supergirl: La mujer del mañana. En cualquier caso, la crisis de identidad de Kara se resuelve a través de una aventura que nos obliga como lectores a cambiar nuestro punto de vista sobre ella.

Para lograr ese objetivo, King recurre a otro personaje que adquiere estatus de coprotagonista y cuya voz como narradora sirve para descubrirnos a Supergirl como mito superheroico: Ruthye Marye Knoll, una joven que busca vengar el asesinato de su padre a menos de un genocida estelar, Krem de las Colinas Amarillas. Supergirl acepta ayudarla, aunque trate de convertir la misión en un acto de justicia y no de venganza. La relación entre Kara y Ruthye mientras siguen la pista de Krem planeta a planeta, y la nueva concepción de Supergirl como figura empática y férrea que se deduce de ello, constituyen el núcleo argumental de la miniserie, cuyo carácter esencialista se ve más potenciado aún por los ecos evidentes de las fantasías primordiales de Robert E. Howard y de westerns como Dos hombres y un destino (1969) y las dos versiones de Valor de ley (1969 y 2010).

King vuelve a poner así de manifiesto su querencia por la ciencia ficción como escenario idóneo para la exploración, tanto interior como exterior de los personajes. Y la dibujante Bilquis Evely contribuye a todo ello con un dibujo de marcado carácter cinético, como puede apreciarse desde las dos primeras páginas, que emulan en un espectacular plano fijo la muerte del padre de Ruthye y, a continuación, mediante una sucesión de primeros y medios planos, su decisión inquebrantable de vengar lo sucedido. Secundada de manera excepcional por el colorista Matheus Lopes, Evely trabaja además con talento la creación de atmósferas y ecosistemas planetarios, sin descuidar por ello las expresiones de los rostros, fundamentales para plasmar las borrascas psicológicas por las que atraviesan los personajes, la gran especialidad de King.

En este aspecto, Supergirl: La mujer del mañana no puede evitar caer en los lugares comunes dramáticos de King y, en particular, los daddy issues, que ya habían hecho acto de aparición en muchas de sus historias. Tanto Kara como Ruthye están marcadas a fuego por las ausencias de sus padres, que determinan el sentido de su aventura conjunta, por lo que en buena medida la propuesta emancipadora del cómic se queda en el camino. Las últimas palabras de Zor-El a Kara antes de que abandone Krypton son «Siempre serás mi pequeña» y, en paralelo, Ruthye cifra su lucha final con Krem en una recapitulación alienada de los vínculos que la unían a su padre.

Esta obsesión recurrente de King es el mayor pero que se le puede poner a Supergirl: La mujer del mañana junto a un epílogo, criticado por especialistas y aficionados, en el que la materialización de una nueva y más interesante Supergirl ha de lidiar con un golpe de efecto amoral, poco riguroso, que deja la construcción de mitos a través de los relatos en mera anécdota, en un evento más susceptible de interpretarse de cualquier manera, de abrirse a planes corporativos varios en forma de potenciales secuelas. Con todo, los ocho números que componen esta miniserie dan para ofrecer otra dimensión de Supergirl y para contarse entre lo más inspirado de Tom King y lo más espectacular de Bilquis Evely.




Jot Down Comics nº7

Año 2023




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