lunes, 25 de marzo de 2019

Paco Roca revienta la viñeta y dibuja un nuevo museo

El dibujante valenciano presenta una exposición insólita para las paredes del IVAM

FERRAN BONO
Valencia 7 MAR 2019

Paco Roca, entre sus obras de 'El dibujado' en el IVAM. MÒNICA TORRES

A veces, la libertad produce vértigo. “Toma, una sala completa del museo; también sus escaleras, su vestíbulo, sus pasillos... Y haz con todo ello lo que quieras”. Eso es lo que le propusieron a Paco Roca en el IVAM y su primera reacción fue: “Y ahora, ¿qué hago?”. Lo cuenta en uno de los bocetos que se exhiben en una exposición insólita, El dibujado, que se inaugura hoy en el Institut Valencià d’Art Modern.


Insólita porque es la primera vez que el dibujante de cómics tan aplaudidos como Arrugas o Los surcos del azar cambia completamente de registro para utilizar las paredes de un museo como soporte de una historia gráfica en la que las viñetas revientan, los personajes se escapan, el punto de vista del narrador se bifurca y el visitante se mete en la cabeza del creador...


A veces, las limitaciones ayudan a encontrar el modo de responder a un encargo. Incluso pueden estimular la creatividad, como se vio, por ejemplo, en la película Cinco condiciones, de Lars von Trier y Jørgen Leth. La única condición que le impusieron a este dibujante valenciano de 50 años fue la de “no utilizar materiales ya hechos, que es lo que se hace en el 99,9 % de las exposiciones de cómics”. Pero esta vez “la libertad absoluta” que le concedieron ha propiciado un deslumbrante juego visual que rompe la narrativa y ofrece una lectura multilineal de vidas cruzadas. A saber: el espectador mira la franja central de dibujos en la que se ve a un pintor trabajando en dos cuadros, un desierto con dos palmeras (un guiño al dibujante de TBO Coll) y una marina. Estas dos obras empiezan a cobrar vida en la pared arriba y abajo de la narración original del pintor en cuyo estudio se puede ver un retrato de Nietzsche. “Bueno, es que la historia tiene que ver con su obra Así habló Zaratustra y con la muerte de Dios”, explicó el premio Nacional de Cómic de 2008.

Uno de los dibujos de Paco Roca mira al interior de una sala del IVAM. MÒNICA TORRES

Las tres historias van evolucionando por su cuenta y confluyendo al mismo tiempo en un nuevo personaje al que le falta un brazo. Es la creación del pintor-creador, pero enseguida adquiere también vida propia hasta completar su extremidad amputada, una vez descubre lo que le falta.

“Es una reflexión sobre el autor y su obra, algo muy clásico, pero presentado de manera muy rompedora con el lenguaje tradicional del cómic. Y al mismo tiempo remite a las paredes del arte rupestre”, apuntó Álvaro Pons, comisario de la muestra que se puede ver hasta el 30 de junio en el IVAM. El proyecto “cuestiona los métodos obsoletos de las viñetas superando los bordes del tebeo y de la sala”, comentó el director del museo, José Miguel Cortés, que encargó la exposición realizada ex professo con motivo del 30º aniversario del IVAM.

En la sala superior, tras acceder el visitante a través de una viñeta, se exhiben los bocetos y el proceso creativo de Roca, incluidos unos vídeos de Tono Errando, y una pequeña pero muy divulgativa muestra de cómics, que abarca trabajos de 1833 de Rodolphe Töpffer, considerado el primer autor de historieta gráfica de la historia, hasta los más actuales, pasando por Tintín o Maus.

PRIMERA CÁTEDRA DEL CÓMIC EN EUROPA
La Universidad de Valencia acaba de abrir una cátedra dedicada al estudio y la investigación del cómic. Se trata de la primera de Europa, explica su director, el estudioso del cómic y crítico de EL PAÍS, Álvaro Pons. Con el patrocinio de la Fundación SM, los objetivos de la cátedra son la divulgación (a través de actividades) de la historieta, la formación (máster de Educación y Cómic) y la investigación. Las clases online arrancaron en enero y las actividades presenciales son en un aula ubicada en el centro académico. “La idea es desde transmitir cómo enseñar historia, por ejemplo, a través del cómic, hasta investigar y divulgar la cultura visual de la historieta”, explica Pons.


El Pais

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