domingo, 3 de enero de 2016

DE RATONES Y HOMBRES


'Có-mix' repasa la obra de uno de los historietistas más influyentes e inquietos de EE UU, Art Spiegelman

TEXTO_Blanca Lacasa



Spiegelman se retrata en sus obras como un ratón. Tal vez, tras los comics su pasión sea el queso.



DECÍA ART SPIEGELMAN (Estocolmo, 1948): "Todo lo que sé, lo he aprendido de los cómics". Desde luego, todo lo que hay que saber de él está en este fastuoso volumen (Co-mix. Art Spiegelman, Una retrospectiva de cómics, dibujos y bocetos, Reservoir Gráfica). Y ya de paso, también mucho de lo que hay que saber sobre cultura pop. Art no es sólo el responsable de Maus, ese cómic protagonizado por gatos y ratones que habla del holocausto a partir de la experiencia de sus padres judíos, supervivientes de Auschwitz. También es el culpable de uno de los mayores hitos en la historia de la contracultura: introducirla en las tiendas de chucherías. ¿Cómo? Los cromos de la Pandilla Basura, tan a menudo confiscados por padres, son suyos. Suya también es la revista Raw, una publicación capaz de descubrir talentos como Kaz o ver más allá de las fronteras yanquis publicando a gente como los franceses Bazooka, el italiano Mattotti o nuestro Mariscal. Otro de sus logros son sus portadas para The New Yorker (imposible olvidar la que publicó para el US, un sutil y terrorífico fundido a negro), numerosos diseños para revistas pulp, portadas de discos y libros, colaboraciones con artes escénicas, libros infantiles y las maravillosas antologías Little hit, en las que trató de recuperar el cómic infantil. Pero, sobre todo, hay que estar agradecido a Art por ser uno de los mayores valedores de esa cruzada tan del siglo pasado consistente en difuminar la brecha entre alta y baja cultura. Con semejante barullo mental, no es de extrañar que en 1968, Art sufriera un colapso mental: "Pensaba demasiado en las diferencias entre lenguaje y realidad", afirmó. Afortunadamente, siempre lo tuvo claro: "Cuando tuve edad suficiente para darme cuenta de que los dibujos estaban hechos por alguien, y no eran fenómenos naturales como las rocas y los árboles, decidí que sólo quería ser una de esas personas que los hacían". Hergé bendiga tanta precoz clarividencia. *


El Pais ICON nº23 Enero 2016

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