Algunas de sus imágenes son tan reveladoras, tan llenas de sugerencias y sentido, tan capaces de aportarnos en un solo instante el resumen y la esencia del largo y denso texto que ilustran, que sería fácil considerar su trabajo como un perfecto ejemplo de aquel famoso lema: Una imagen vale más que mil palabras. Pero esta apreciación sería evidentemente un error. Porque las imágenes de Fernando Vicente son antes que nada literatura. Esa literatura que las nutre y a la que en todo instante sirven. Prueba evidente de ello son por supuesto las numerosísimas ilustraciones que ha ido publicando durante estos últimos años en las páginas de Babelia, el suplemento literario de El País, acompañando los artículos de Elena Ochoa o Almudena Grandes y más recientemente las que aparecen en la página de opinión del premio Nobel Mario Vargas Llosa.
Imágenes que acompañan textos, pero que son ellas mismas narración, literatura. Sus acertadas y siempre sorprendentes ilustraciones, sus collages integrando fragmentos de antiguos mapas o planchas de anatomía, la larga colección de caricaturas de personajes públicos -pero sobre todo de escritores- y las también muy numerosas portadas que ha realizado para Babelia han convertido a Fernando Vicente en uno de los grandes ilustradores españoles del momento y le han hecho ganar tres Award of Excellence de la Society for News Design.
Y a todo esto hay que añadir evidentemente sus también muy numerosas portadas de libros para las principales editoriales, Espasa, Alfaguara, Síntesis, etc., algunas de ellas verdaderamente espléndidas, inolvidables. Y, por supuesto, loslibros ilustrados, Peter Pan de J. M. Barrie (Alfaguara 2006), Lo que comen los ratones de Fernando Rouyela (Alfaguara 2007), Momo de Michel Ende (Alfaguara 2007), El misterio de la ópera, de Norma Sturniolo (Fundación Autor 2008), Bruno Dhampiro de Rosa Gil (Espasa 2008), Misterio, emoción y riesgo de Fernando Savater (Ariel 2008), El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson (Casals 2009), El valle del miedo de Arthur Conan Doyle (Casals 2009), Póquer de ases de Manuel Vicent (Alfaguara 2009), El pequeño hoplita, de Arturo Pérez Reverte (Alfaguara 2010), La expedición de los libros de Vicente Muñoz Puelles (Oxford University Press 2010), El enfermo imaginario de Moliere (Bambú 2010) o El juego de las nubes de J. W. Goethe (Nórdica 2011).
Pero si la literatura está muy presente en su obra, también lo está en su propia trayectoria. Porque de alguna manera el tiempo y las circunstancia que le vieron nacer como dibujante -la famosa movida madrileña de los años ochenta- es hoy ya leyenda, es decir, literatura.
Extraido del la revista Album Letras Artes numero 106
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