martes, 19 de febrero de 2008

SOBRE PAPEL (Dibujos del Museo de Bellas Artes de Sevilla)


"La elegancia del encuadre exacto, la intuición de quien detiene el tiempo para atrapar, papel y tinta, la vida misma: una sonrisa de ternura y un gesto de pavor; el cansancio; el vértigo del horizonte abierto". Parrafo perteneciente a un texto de Rafael Marín, en un libro sobre Harold Foster, autor de El Principe Valiente. Pero el texto me acerca a la obra de artistas que, practicamente, ha pasado desapercibida. Porque puede que las pinturas si tengan una cierta resonancia, a pesar de quedar relegadas durante mucho tiempo. Pero los dibujos, los estudios que realizaron han quedado ocultos por diversas razones.






José Jiménez Aranda (Sevilla 1837-1903)

Desde el primer momento será uno de los más destacados seguidores del maestro Fortuny, aunque su pintura, que llegó a ser muy demandada por marchantes europeos y americanos, siempre estará marcada con un caracter muy personal. Dotado de una excelente técnica y gran capacidad de observación, realiza obras de una gran calidad en las que manteniendo la solidez del dibujo muestra una gran atención al color y los efectos lumínicos.

Interesante faceta dentro de su producción es la de dibujante e ilustrador de publicaciones periódicas, entre las que destacamos los 689 dibujos que realizó a lo largo de toda su vida, de la serie del Quijote, que fueron publicados en la edición del Quijote del Centenario, aparecida entre 1905 y 1909.


José Villegas Cordero (Sevilla 1844- 1921)


Durante su juventud, tras una solida formación en España, recorre gran parte de la geografía italiana en busca de paisajes y tipos pintorescos. Es en esta etapa cuando se configura su personalidad artística e inicia una carrera ascendente, llena de sucesivos premios en las exposiciones internacionales que le introducirán en los mercados del arte. Su versatilidad le permitió atender a todos los gustos del momento con gran éxito: pintura de historia, orientalista, casacón, escenas costumbristas, paisajes y retratos que eran solicitados por una prestigiosa clientela como el conocido marchante Goupil, que a menudo frecuentaba su estudio.

Incansable viajero, durante su estancia en Roma realiza varios viajes a Sevilla, y reside con frecuencia en Venecia, su ciudad favorita. A partir de la segunda mitad de los años ochenta, Villegas pone de moda los cuadros de inspiración del renacimiento veneciano en el ambiente artístico italiano, llegando a ser uno de sus grandes éxitos El triunfo de la Dogaresa, obra en cuya realización emplea doce años y que es fruto de su meticuloso estudio de los maestros del Quatrocento y del Quincuecento italianos y que se exhibió de manera triunfal en 1893. En 1894 expone su otro gran éxito La muerte del maestro. Como culminación de su carrera en Roma, es nombrado director de la Academia Española.

Su regreso a España se produce en 1901 tras el ofrecimiento de la dirección del Museo del Prado, cargo que ocupa hasta 1918.


Rafael Senet Pérez (Sevilla, 1856-1926)


En 1881, con escasos recursos económicos, viaja a Roma y acude al estudio de José Villegas, donde se dedica a la realización de obras protagonizadas por personajes populares italianos y a temos orientales influidos directamente por el propio Villegas. Desde Roma viaja a Nápoles y Venecia cuyos paisajes, costas y gentes lleva al lienzo. Dado el éxito de su pintura en Inglaterra, firma un contrato con el marchante Tooth por el que éste adquiere en exclusiva toda su producción.

En la década de los ochenta se presenta a numerosas exposiciones nacionales e internacionales, recibiendo el reconocimiento de público y crítica.

Senet siempre trabajó en una línea claramente realista, con una técnica suelta y vigorosa, consiguiendo en sus obras un sentimiento de exaltación a la belleza natural.





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