lunes, 7 de julio de 2014

PEANUTS por Charles Schulz

Unos cacahuetes que valen millones

 En 1950 empezó a publicarse en Estados Unidos la serie Peanuts. En 1989 su autor, Charles Schulz, estaba en la lista de los 10 artistas norteamericanos que más dinero habían ingresado ese año por la venta de su obra, codeándose con gente como Michael Jackson. Esta situación se explica fácilmente, Peanuts es un éxito comercial muy considerable, tanto por las ventas que genera como por el conocimiento por parte de una amplia capa de la sociedad de la principal imagen de la serie, el perro Snoopy. Hoy, las imágenes de la serie están absolutamente comercializadas, es difícil andar por cualquier ciudad sin tropezarse con Snoopy sirviendo de soporte a todo tipo de símbolos, algunas veces contrarios entre sí. Es casi una Snoopymania, todo el mundo se apunta al perrito, las mas de las veces sin conocimiento del propio comic, solo por estar a la moda.


Esta comercialización se sustenta en la propia serie de tiras, convertida casi en un producto mas de la amplia gama Snoopy con la misma importancia que puedan tener las tarjetas de felicitación que tienen al perro por protagonista.

Son muchos 40 años para una daily strip de humor, la obligación de un chiste o situación graciosa al día es muy dura y pronto o tarde las ideas se agotan o se vuelven recurrentes. Algunas series se agotan antes que otras, depende mucho del planteamiento de la tira y de la imaginación del autor. Asi, Garfield de Jim Davis se ha agotado en apenas 10 años, dada la limitación de personajes y situaciones, aunque seguirá publicándose durante mucho tiempo, ya que

 vende tanto o más que Snoopy. Sin embargo, Shoe de Jeff MacNelly tiene una mayor capacidad de aguante dada su amplia gama de situaciones y personajes principales. Como he dicho unas líneas más arriba, la capacidad del autor para sacar partido de sus creaciones es importantísima para que una daily strip pueda perpetuarse. Asi, Andy Capp de Reg Smithe aguantó durante mucho tiempo estirando hasta el infinito tres situaciones que en esencia eran una sola. Esta capacidad de continuación de la serie no es determinante de su calidad. Así, antes que Shoe prefiero los primeros 5 años de Garfield, que me parecen antológicos, sin desmerecer por ello a Shoe que también me gusta bastante a pesar de su irregularidad. Dejando atrás ya toda esta historia de comercialidad, hay que hablar de la importancia que esta serie ha tenido dentro del comic en general y de las tiras periódicas en particular. Peanuts ha logrado lo que se suele llamar un gran éxito de crítica y público. Schulz ha creado un producto brillante dentro de lo que se ha dado en llamar humor absurdo, humor abstracto o humor intelectual. Peanuts renovó en sus inicios el género de las daily strip dedicado a personajes infantiles. Este género ha dado posteriormente obras que deben mucho a Peanuts desde la pesada Mafalda hasta el delirante Calvin y Hobbes. En Peanuts nunca salen adultos, su presencia siempre esta localizada fuera de la viñeta y salvo los personajes   principales    (Charlie Brown, Snoopy, Lucy, Patty, Woodstock y algunos   más)   los otros personajes que han ido apareciendo a lo largo de los años tienen un Schulz siempre se ha servido de un humor blando, cuya supuesta capacidad de denuncia social siempre viene por acumulación. Se ha dicho que Charlie Brown representa la fatalidad y la frustración, pero esta representación llega por el juego que dio en su momento que en una pandilla de niños hubiera uno al que todo le salía mal. Así, después de años y años de fracasos, Charlie es un candidato ideal para representar la frustración, pero nadie pensó en ello al principio. La capacidad de comunicar planteamientos críticos, se percibe en el tono general de la serie, tristón y ambiguo. Cuando vamos directamente a las tiras leidas diariamente, esta crítica sobre la condición humana se ve bastante diluida. Peanuts es una de las series más favorecidas por las recopilaciones, que permiten percibir ese tono general al que antes aludia. Schuiz ha mantenido en Peanuts una postura social y política lo suficientemente ambigua, adornada por significativos elementos surreales para que de la serie se pueda opinar lo siguiente: «Peanuts (...) en realidad ha sido una incursión ontológica en la metafísica, la filosofía y a veces la religión» (Richard Marschall - Historia de los Comics). Es bien sabido que cuando una obra es calificada como abstracta las interpretaciones o dobles lecturas suelen prodigarse, llegando a extremos delirantes

 (por ejemplo, el artículo de Alfredo Arias sobre Bruguera y sus Infrahéroes publicado en este Krazy Comics en el nº41). Dada esta ambigüedad, Peanuts nunca ha sido una daily strip política, Schulz nunca puso en boca de sus personajes opiniones políticas, cosa que podía haber limitado el éxito de la serie. Cuando llegaron los momentos comprometidos en Estados Unidos (Vietnam, movimiento hippy, etc.), la serie estaba suficientemente asentada como para cambiar el tono, además de que no iban por ahí los tiros. Ya en los años 90, Peanuts es una serie envejecida, sin una renovación que comercialmente no conviene, pero que al leer la producción de los últimos años se hace imprescindible. Peanuts corre el serio peligro de convertirse en una serie aburrida, peligro en el que ya han caido otras daily strip clásicas como Beetle Bailey o Blondie. Ahora mismo, Peanuts compite en inferioridad con series renovadoras como Calvin y Hobbes, serie que también tiene a un niño como protagonista pero con un humor completamente ácido y corrosivo. Peanuts tiene poco que oponer a lo que se le viene encima. Hay que reconocerle a Schulz una gran capacidad de atracción de lectores, la creación de un estilo nuevo en la forma de hacer las tiras diarias y de tener un dibujo que a pesar de los años transcurridos continua siendo muy eficaz. Aun con todo, con la popularidad y el reconocimiento, Peanuts es un comic por recuperar. Su publicación en España no ha sido todo lo buena que cabría esperar. Editado primero por Lumen en cuadernos apaisados cronológicamente desde las tiras correspondientes a mediados de los setenta. Posteriormente y enlazando por donde lo dejo Lumen, Ed. Júnior continua hasta la actualidad. Aparte quedan las ediciones de Dargaud/Grijalbo en formato libro con las viñetas remontadas y los recientes libritos de bolsillo que edita Júnior con carácter temático. El desconocimiento o conocimiento tan solo parcial de los primeros 20 años de publicación (los más interesantes) hacen que su etapa clásica pudiera echar nueva luz sobre estos personajes conocidos tan solo por sus etapas más flojas.
■ Sentó Balaguer







Publicado en Krazy Comics nº19 Abril de 1991

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