sábado, 26 de mayo de 2012

Homenaje de Liam Sharp a The Studio

The Studio, publicado en 1979 por Dragon Dreams, es un libro de ilustraciones que muestra el trabajo de Jeffrey Jones (Atlanta, Georgia, EEUU, 1944-2011), Michael Kaluta (Guatemala, 1947), Barry Windsor-Smith (Forest Gate, Londres, 1949) y Bernie Wrightson (Baltimore, Maryland, 1948). Dichos autores quisieron alejarse durante un tiempo de las exigencias del mundo de la historieta y dedicarse a la ilustración, mostrando su talento sobre el papel.


Recientemente, Liam Sharp (Reino Unido, 1968) ha homenajeado la portada de The Studio con The Shed, autoeditado por él mismo.

Fantasmas por Carlos Trillo y Horacio Altuna

El realismo mágico de Carlos Trillo y Horacio Altuna

El recurso a la metáfora como forma de expre­sar sensaciones e ideas de Carlos Trillo (1943) y el grafismo realista y detallado de Horacio Altuna (1941) son, en síntesis, las características principa­les de estos autores argentinos. Inicialmente limi­tados por la censura de las juntas militares y la precariedad de la industria editorial de los cómics en su país, Trillo y Altuna han conseguido filtrar en su obra una visión crítica de la condición huma­na, muy próxima al realismo mágico de la literatu­ra sudamericana. El rechazo a las dictaduras políti­cas y la inadaptación del ser humano a su entorno, son tratados de forma alegórica pero no exenta de cotidianeidad y sentido del humor por Trillo y Al-tuna.
Pero ha sido en géneros como la fantasía y la ciencia ficción, donde estos autores han aplicado con más contundencia su angustiosa visión de la so­ciedad moderna. Series como El último recreo (1983) o Imaginario (1989), pero sobre todo Traga­perras (1984), de la que publicamos un capítulo (Fantasmas), son una muestra del recurso a la fan­tasía como medio de evasión ante una realidad agónica e insolidaria.
Mientras Trillo que demuestra que sabe aplicar a estos conceptos una narración ágil y una riqueza dramática apoyada en la verosimilitud de sus per­sonajes, Altuna rompe con el conformismo estético de una industria, la argentina, que favorece la can­tidad por encima de la calidad. Desde que hace más de diez años trasladó su residencia a España, Horacio Altuna ha enriquecido la base realista de su dibujo con su trazo detallista y la dinámica com­posición de sus páginas y viñetas. Su particular concepción del color, de tonos suaves y apastelados muy trabajados, lo ha convertido en uno de los autores argentinos de más consolidado prestigio internacional

VEINTE AÑOS DE COMIC Aula de Literatura Vincens Vives Primera Edición 1993

















jueves, 24 de mayo de 2012

Exposición de Durero

Un hombre se detiene ante una de las instalaciones de la exposición 'El Durero temprano', la muestra más grande hasta ahora de la obra del pintor alemán Alberto Durero, y que acoge el Museo Nacional Germánico, en Nuremberg.


Durero aplica la técnica perfeccionista igualmente en sus retratos y cuadros religiosos realizados al óleo sobre panel de madera.


Esta escultura es un autorretrato del joven Durero, cuando tenía 27 años, que se consagró como uno de los grandes talentos de Alemania alrededor de 1880. La obra se creía destruida durante la segunda guerra Mundial, y fue redescubierta en los jardines de la Academia Americana de Berlín.



El pintor del alto renacimiento imprime un estilo hiper realista cuando reproduce la luz y la sombra, logrando una definición fotográfica en el dibujo y la pintura.


Articulo de El Pais aquí

Calendario 1994 por Michael Kaluta

Gandlaf el Gris llega a Hobbiton.


Elrond rememora las huestes de Gil-galad.


Legolas tensa el arco de Galadriel.


La Cámara de los Ents.


Éowyn frente a las puertas de Meduseld.


El primer relámpago en el abismo de Helm.


La Puerta Negra está cerrada.


El rey coronado de nuevo.


Théoden y la Bandera de la Serpiente.

Éowyn y el Rey Brujo de Angmar.


Arwen y el Rey Elessar.


Meriadoc el Magnífico y los hijos de Samsagaz Hamfast.


Ediciones Minotauro 1993

miércoles, 23 de mayo de 2012

‘Mis ojos, que codician cosas bellas’, de Michelangelo Buonarroti

Fragmento de El profeta Isaías, de Miguel Angel


CVII
Mis ojos, que codician cosas bellas
como mi alma anhela su salud,
no ostentan más virtud
que al cielo aspire, que mirar aquellas.
De las altas estrellas
desciende un esplendor
que incita a ir tras ellas
y aqui se llama amor.
No encuentra el corazón nada mejor
que lo enamore, y arda y aconseje
que  dos ojos que a dos astros semejen.


Articulo de El Pais 22 de mayo de 2012 aquí

La memoria del siglo

Fotografías
para la historia
de España
EDUARDO HARO TECGLEN


1900-1939, un periodo intenso en la vida de España visto a través del objetivo de maestros de la fotografía y recogido en una exposición recopilada por el historiador Publio López Mondéjar en la segunda entrega de `Las fuentes de la memoria'.



1905. Alfonso XIII y la reina regente Maria Cristina. Franzen



1925. Retrato del escritor Valle-Inclán. Moreno

Este es el primer siglo foto­grafiado en España. El arte viene de antes —y el siglo también: puede em­pezar en las caídas de las colo­nias, en las incursiones sobre África y en algunas rupturas ar­tísticas y culturales— sobre todo en el retratismo y, como dicen los especialistas, el pictorialismo como la histórica foto de Ortiz de Echagüe en 1916, que es como un cuadro de Zuloaga; pero su con­solidación como mirada viva estádentro de nuestro siglo. Las fuen­tes de la memoria se titula esta ex­posición de los maestros fotógra­fos, en la que se recogen sus obras hasta 1939, y por esa ex­tensión del primer tercio del siglo puede verse uno mismo, y como éramos. Yo no soy ese niño foto­grafiado junto a una barricada en Barcelona porque mis parape­tos los levanté en Madrid, en no­viembre de 1936, y todavía cierro los ojos y siento en las palmas de la mano la dureza fría del adoquín, la húmeda tierra para los sa­cos. Ni soy ninguno de los perso­najes que empujan o arrastran sus enseres, salvándolos de la inva­sión; pero también lo hice, y tam­bién tengo en la memoria el ruido opaco del cañón, el del aire rasga­do por el obús y el siseo de la me­tralla. Calle de Segovia. Alguien dijo que la escayola trae mala suer­te y dejamos una estatuilla en el quicio de una ventana: la casa voló unos segundos después.
Quizá no sea esto lo que tenga que escribir aquí, pero sí es la prueba de que las fotografías de esta exposición son una memoria que fructifica. Y corrige. El re­cuerdo borra, pero, sobre todo, elabora; idealiza unas veces, otras maltrata la imagen vivida. La pintura también mentía, y por eso cierto realismo no pudo resis­tir después de la llegada de la fo­tografía a la mayoría de edad, y quizá sea esa una de las grandes aportaciones de

1908. Padres capuchinos y funcionarios de prisiones rodean a un preso indultado en Córdoba. Nogales



1905. Miembros del clero y la aristocracia española reunidos en Madrid. Amador.



1933. Euforia durante la botadura del trasatlántico "Magallanes". Anónimo.


 la cámara y el fotógrafo (aunque haya una par­te de la nueva generación foto-pictórica que también imagina); incluso el hiperrealismo es, preci­samente por el otro extremo, un escape del realismo.
Sin embargo, esta realidad que vemos del tercio de siglo no es la de una cámara ni de lo que se lla­mó y se llama, con evidente exa­geración, objetivo. Hay un hom­bre detrás: ese hombre acecha el momento y lo elige, lo sorprende; repite sus fotos para ver si selec­ciona una. En el tiempo referido la dificultad era mayor: los carre­tes más cortos, y la llamarada de magnesio tenía que romper la os­curidad desde muy temprano. El instante era más veloz que ahora para la capacidad de disparo de las máquinas. Puede esta técnica haber dado mayor facilidades al fotógrafo actual sobre el de en­tonces, pero lo que no ha evolu­cionado tanto es el mismo ser.
Viendo las fotos de la guerra, que me son más afines —por la fuerza que el acontecimiento da a la memoria original, a la instantá­nea con que se nos graba—, pien­so que no sólo el oficio fotográfi­co, sino la vida misma, la guerra misma, tenía sus propias caracte­rísticas. Claro que veo Sarajevo en Madrid, o en Málaga, de donde el pueblo huyó a pie hasta Valen­cia, como se ve en la fotografia de Hans Namuth —y yo les vi llegar, exhaustos, pero salvados—, pero veo una "ideología" en la imagen. ¿La pongo yo? ¿Selecciono yo una estética que me hace ver el retrato de Millán Astray ("¡Muera la in­teligencia!") por Gombau de una manera diferente al de las mujeres de los mineros asturianos presos en 1934? Claro que hay una unión otra vez, una abreviatura del tiempo, cuando se piensa que la misma Legión que fundaban, y el mismo Franco, fueron los que aplastaron a esos mineros catorce años después. Y no deja de ser irónico que piense en Sarajevo al ver la guerra civil en la ciudad española y que sea otra vez aquella Legión así fundada la que vaya ahora a entrar en combate —per­dón, en pacificación— en Saraje­vo.. Probablemente, no son más que meras coincidencias, incluso un poco rebuscadas, pero la sen­sación es la de que el tiempo no se agota, no es tanto el continuo que creemos, o la flecha disparada ha­cia lo desconocido que nunca vuelve a pasar por el mismo sitio, sino que tiene vueltas atrás.
Sobre todo, porque no hay tanta evolución humana como técnica. Sí se puede apreciar en las imágenes populares de todo aquel tiempo una cierta diferencia mor­fológica con las de hoy. Quizá unos cambios en la alimentación, quizá unas modas: hay una mejo­ra de raza, o bien creemos que es una mejora porque es la nuestra. No sé si los desnudos —de mujer, naturalmente— que se ven en la exposición son "mejores" que los actuales, desde la estética; ni sé si lo son desde la eugenesia, o desde la misma salud corporal femeni­na: lo que sabemos es que este cambio es una obra de creación que ha hecho la mujer sobre sí misma, y que eso tiene un sentido. También creo que son una crea­ción humana las ventajas sociales de hoy, y que probablemente no todo se perdió en aquella guerra que vemos otra vez, en estas foto­grafías, perder.

'Las fuentes de la memoria II' se expo­ne en Madrid, en el Museo Español de Arte Contemporáneo, del 1 de octubre al 30 de noviembre.

1915. Retrato del torero Marcial Lalanda con miembros de su cuadrilla. Baldomero



1916. Un grupo de hombres regresan andando hacia la ciudad. Echagüe.



1936. Detención de civiles durante la jornada del 19 de julio. Diaz Casariego.



1937. Millán Astray y jefes falangistas en el estudio de Gombau, en Salamanca. Gombau.




1937. Refugiados huyen de la castigada ciudad de Málaga durante la guerra civil. H. Namuth.



1939. Un grupo de ciudadanos aclaman con el brazo en alto la entrada de los "nacionales" en Madrid. Alfonso.



1934. Mujeres y compañeros de los mineros detenidos en Asturias durante la revolución. Diaz Casariego.




1920. Retrato de un obrero del astillero de Puerto Real. Fernández Trujillo.



1915. Clase de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. F. Goñi.




1925. Prostitutas bebiendo y jugando a las cartas en un burdel de Albacete. Luis Escobar.


1905. El desnudo en esta época era un genero cultivado con reparos. Una forma de suavizarlo: rodear a la mujer de un halo mitológico. Anónimo.


El Pais Semanal