jueves, 16 de febrero de 2012

Lucky Luke Morris-Goscinny Clasicos del cómic





EI cómic europeo puede presumir de haber generado numerosas obras de calidad que poco tienen que envidiar a sus equivalentes norteamericanos. Baste citar obras como Blueberry de Charlier y Giraud, Jerry Spring de Jijé, o Comanche de Hermann y Greg, entre otros, por la parte franco-belga; Tex de Bonelli y Galep, o Ken Parker de Berardi y Milazzo, y muchos más, por la parte italiana. Por la parte española tampoco nos quedamos cortos gracias a creaciones como Sunday de Víctor Mora y Víctor de la Fuente, varias obras del dibujante Jordi Buxadé, Gringo de Carlos Giménez, Manos Kelly y McCoy de Antonio Hernández-Palacios... La lista es más que apreciable.

Sin embargo, uno de los más grandes "euro-westerns" es una serie humorística que ya lleva casi sesenta años cabalgando por las viñetas: Lucky Luke. Nació, como otro artículo de estas páginas recuerda, en el Almanaque Spirou en 1947, editado por Dupuis. Después, de que su creador, Morris, colaborase en el estudio de animación Compagnie Beige d'Actualité de Bruselas –donde encontraría a otros futuros grandes nombres del cómic belga que formarían la base de la "escuela de Marcinelle" (llamada así por la ciudad donde tiene su sede la editorial Dupuis):

Franquin, Peyo y Eddy Paape– Lucky Luke pasaría seguidamente a las páginas del semanario Spirou, donde se convertiría instantáneamente en una de sus estrellas, junto a otras series que en breve también devendrían clásicos, como el piloto Buck Danny, de Charlier y Hubinon, o el personaje que daba –y aún da– título a la revista, Spirou, entonces recién retomado por Franquin.

En 1948, Morris parte a EE UU, donde permanecería seis años, aunque sin de­jar de dibujar las andanzas del cowboy solitario y de enviar sus páginas por correo a la editorial. Allí conocería a René Goscinny, quien se convertiría en el guionista oficial de la serie, aportando un concepto satírico y un dinamismo verbal poco habituales hasta entonces en las aventuras de Lucky Luke. Suya sería la iniciativa de incluir en las hazañas del "hombre que dispara más rápido que su propia sombra" a personajes que existieron realmente en el far-west, como los hermanos Dalton –aparecidos originalmente en la aventura "pre-Goscinny" Fuera de la ley, pero dado que Morris los había matado al final del episodio, fueron sustituidos por los primos de los Dalton originales–, Billy el Niño, el juez Roy Bean, Calamity Jane y un largo etcétera. A partir de entonces, Morris no se consagraría a otra cosa que a las peripecias de su personaje estrella, a excepción de algunos aislados trabajos de ilustración y publicidad y una historieta corta ambientada en los bajos fondos parisinos realizada a mediados de los años cincuenta para el semanario satírico francés Le hérisson.





 En 1968 Lucky Luke se despide de los lectores de Spirou para pasar a las páginas de Pilote debido, entre otros motivos, a que Morris consideraba que Dupuis hacía poco por la difusión de Lucky Luke a nivel internacional. Pilote, en aquellos momentos en su período de mayor esplendor gracias a la presencia en sus páginas de grandes series ya clásicas como Astérix o Blueberry, pero también, y
especialmente, a la presencia de autores que llevaron al cómic de habla francesa a su etapa de madurez, como Fred, Gotlib, Bretécher, Alexis, Meziéres y un largo etcétera. La presencia de Lucky Luke en sus páginas también supuso una "adultización" de los contenidos de sus aventuras. Elementos que, durante su etapa en Dupuis eran considerados tabú dado el público infantil/juvenil al que supuestamente se dirigían sus aventuras (por ejemplo, presentar bailarinas en un saloon), en Pilote podían aparecer sin problemas. A su vez, Pilote se volvió cada vez más adulta, hasta el punto que las citadas series tradicionales fue­ron abandonando sus páginas, publicándose en 1973 la última aventura del vaquero, La herencia de Ran Tan Plan. Al año siguiente, Pilote inicia una nueva etapa, pasando de semanal a mensual, y Lucky Luke da un salto en marzo de aquel año a una nueva publicación, también mensual, concebida para dar cabida al material más "juvenil" de Dargaud. Además de aparecer el héroe titular en episodios cortos -uno de ellos, Pasaje peligroso, reproducido aquí-, Lejournal de Lucky Luke acogerá otros westerns que muy pronto serían célebres, como el mencionado McCoy o Jonathan Cartland, de Harlé y Blanc-Dumont. Lamentablemente, la revi - sta sólo sobrevivió 12 números, y desde entonces nuestro héroe ha visto prepublicadas sus aventuras, antes de su edición en álbumes, en un sinfín de diarios, semanarios y suplementos de prensa.

Tras el fallecimiento de Goscinny en 1977, Morris decide emplear diversos guionistas en lugar de volver a hacer sus propios guiones o buscarse otro guionista fijo. El resultado final, aunque variable según el nivel de cada guionista, es que consiguen mantenerse fieles al espíritu original del personaje, destacando especialmente la labor de la pareja formada por Xavier Fauche y Jean Léturgie, a quien se debe, entre otros, el guión de Sarah Bernhardt, aventura incluida en el presente volumen, considerado como uno de los más brillantes guiones de la etapa "post-Goscinny" del personaje.
Morris permanecería al pie del cañón ha­sta su fallecimiento, dejando tras de sí un legado de más de 7o álbumes, ade­más de la subserie Ran Tan Plan, que pre­senta las desventuras en solitario de ese estúpido perro, del que se han publicado a su vez 16 álbumes. La leyenda del Oeste sería el último album firmado por Morris. Por suerte, el creador de Lucky Luke ya había decidido que su "hijo" gráfico fue­se continuado por otras manos tras su desaparición (contrariamente a autores como Hergé), y por eso ahora Lucky Luke cabalga hacia nuevas aventuras realiza­das por la pareja formada por Gerra y Achdé; el primer álbum de esta nueva etapa, La bella provincia, donde el protagonista hace una visita al Quebec, la región francófona del Canadá, fue lanzado en 2004 en Francia con gran éxito de ventas.

Lucky Luke, que permanece de este modo como el clásico por excelencia del western humorístico en Europa -secundado dentro del mismo género por otras series también de larga existencia, co­mo Chick Bill de Tibet y Los guerreros azules de Cauvin y Lambil, ambas también todavía publicán­dose con gran éxito en el mercado francófono- se prepara para nuevas andaduras lejos de su hogar.







 El estilo

Las diversas historias que componen el volumen que el lector tiene en sus manos corresponden a diversas etapas de Lucky Luke. La que tiene mayor "solera", Follón en Pancake Valley, data de 1955, el año en el que Goscinny se hizo cargo de los guiones de la serie. Aparecida originalmente en el semanario Risque-tout -publicación lanzada aquel año por Dupuis, a gran formato y mezclando historietas, algunas de personajes procedentes de Spirou como la presente, con reportajes, que tuvo escasa vida–, ha sido redibujada parcialmente para su edición en álbum, lo c nos permite apreciar la evolución del trazo de Morris en años posteriores. Algunos elementos  ve, como el vaquero cantando "I'm a poor lonesome cowboy" en la última viñeta aún no han sido tablecidos por completo en la saga.
Western Circus y La herencia de Ran Tan Plan pertenecen a la época de mayor esplendor del personaje, y permiten apreciar, además del dibujo de Morris en plena madurez gráfica, de trazo suelto, siempre buscando y encontrando los rasgos caricaturescos de cada uno de sus personajes, los maravillosos diálogos de Goscinny, en los que el lector más avispado podrá hallar una segunda, y tal vez una tercera, lectura. Es el espíritu festivo y crítico a la vez del recordado guionista que los responsables del argumento de Sarah Bernhardt han intentado emular y homenajear al mismo tiempo Aparte de Pasaje Peligroso y Los Dalton toman el tren, también firmadas por Goscinny, las restantes historias cortas están escritas por diversos guionistas (La cuerda del ahorcado, por Vicq; El justicie­ro, El verbo divino y Li-Chi's story , por De Groot; La mina del Camello, por Dom Domi; Ajuste de cuen­tas, por Martin Lodewijk) y permiten apreciar el esfuerzo de cada uno de ellos por mantenerse fieles a las bases de la serie y de sus protagonistas. También pueden detectarse ligeras variaciones en el dibujo de estos episodios, ya que en los últimos años de carrera Morris contó con asistentes en la parte gráfica.

El mundo de Morris y Goscinny
Apasionado por la historia americana, el historietista belga Maurice de Bévére, más conocido por Morris, no logró resistirse a la tentación de enviar a sus héroes hacia el mítico far-west.
Esta idea le surgió en un momento crucial de su carrera y fue particularmente oportuna, ya que le permitió a su héroe convertirse en el contrapunto a las aventuras (realistas y conmovedoras) del cowboy Red Ryder, publicadas en la revista juvenil Le journal de Spirou.
Morris nació el día 1 de diciembre de 1923 en Courtrai (Bélgica). Tras haber estudiado cine de anmación por correspondencia en la escuela de Jean Image, a los veinte años el futuro creador de Lucky Luke empezó a trabajar en un estudio de animación belga. Al terminar la II Guerra Mundial en 1945, decide contactar con el editor Dupuis, dueño de las revistas Spirou y Le Moustique, que le encarga una serie de ilustraciones y dibujos humorísticos.
Mucho antes de la llegada de Morris, el redactor-jefe, dibujante y "chico para todo" de la editorial Dupuis, Joseph Gillain (más conocido como Jijé), ya había creado en solitario más de media doce­na de héroes para niños. Pero, absorbido por el exceso de trabajo, se vio en la necesidad de con­tratar colaboradores. Fue así como Morris recibió el encargo de inventar una historieta cómica de cowboys. Dicho cowboy es, naturalmente, Lucky Luke, el cual debuta a finales de 1946, en el episo­dio Arizona 1880, publicado en el Almanaque Spirou. En esta primera aventura la influencia de su aprendizaje en los estudios de animación es todavía muy visible en el artista belga. Los personajes tienen trazos redondos, en el más puro estilo Disney, y manos con cuatro dedos, como en los dibujos animados clásicos.
El gran éxito de Arizona 1880 anima a Morris a continuar las aven­turas del cowboy solitario. En 1949 se publica el primer álbum editado por Dupuis, La mina de oro de Dick Digger. Entretanto, Morris decide estudiar un poco más de cerca la vida de los yanquis con André Franquin y Jijé, parte hacia los Estados Unidos, donde permanecerá durante seis años, tomando notas sobre los lugares que visita, que se revelarán de gran utilidad para sus guiones de westerns. En Nueva York conoce a Jack Davis y a Harvey Kurtzman, que trabajaban en aquella época para la E.C. Comics y establece unos lazos de amistad con otro autor francófono, Goscinny. Considerado como uno de los mejores guionistas de cómics del mundo, Goscinny es el creador de Astérix, dibujado por Albert Uderzo. Goscinny nació el 11 de agosto de 1926 en París, pero pasó su infancia en Argentina, donde su padre, ingeniero químico, había sido destinado. Aparte de su edu­cación formal en el Liceo Francés de Buenos Aires, Goscinny se formó en la escritura e ilustración de hi­storieta como autodidacta.










En 1945, Goscinny se halla en Nueva York, sin un cén­timo en el bolsillo. Tres años más tarde conoce a Morris, quien lo presenta a Georges Troisfontaines, jefe de la agencia World Press en Bélgica, que lo in­vita a trabajar con él. De regreso a Europa, Goscinny lanza la revista Pilote, donde Astérix debuta en 1959, y da un impulso decisivo a Lucky Luke al escribir el guión de Rieles en la pradera, una aventura publicada en 1955. En esa época, la profesión de guionista esta­ba aún mal definida, y Goscinny habrá de esperar seis años para que en el álbum Los rivales de Painful Gulch sea oficialmente reconocido como co-autor de la se­rie. Su compañero Morris lo retrata entretanto como Pete el Indeciso en el álbum Lucky Luke contra Joss Jamon (1956-57).
 Goscinny y Morris firmarían en conjunto 35 aventuras, hasta El hilo que canta, último guión escrito por Goscinny antes de su muerte el 5 de noviembre de 1977. Después, Morris trabajará con diversos guionistas, entre ellos Xavier Fauché, Jean Léturgie, Robert de Groot, Guy Vidal y Claude Guylouis.

El creador de Lucky Luke asistió en 1971, con Goscinny aún vivo, al estreno de Daisy Town, el primer filme de animación adaptado de las aventuras del cowboy que dispara más rápido que su propia sombra, al cual seguirían dos series de animación y una con actores reales, en la que Terence Hill (el célebre Trinidad de los spaghetti‑westerns) interpreta el papel de Lucky Luke.

Morris falleció el 16 de junio de 2001, después de haber recibido los más variados galardones, destacando el Gran Premio Especial del Vigésimo Aniversario, concedido en 1992 por el Festival
Internacional del Cómic de Angouléme (Francia).

Los álbumes

En Follón en Pancake Valley, la historia más antigua de este volumen que data de 1955, encontramos un Lucky Luke totalmente desorientado debido al robo, un año antes, de su caballo Jolly Jumper, po­niendo patas arriba la susodicha ciudad de grotesco nombre.

Western Circus, de 1970, es uno de los más famosos álbumes de Lucky Luke, y fue de él de donde salieron las imágenes utilizadas en los sellos con que el servicio de correos francés decidió inmor­talizarlo en 2003. El cowboy solitario se pone una vez más del lado de los más débiles, en este ca­so una compañía circense perseguida por Zilch, el amo de Fort Coyote, temeroso de la competencia que el nuevo espectáculo puede hacer a los tradicionales rodeos del Oeste.

La herencia de Ran Tan Plan, de 1973, consagra al "perro más estúpido del Oeste... y también del Este", creado en 1960, al incluir su nombre en el título de la aventura. En el origen del enredo, se encuentra una fortuna legada a Ran Tan Plan por un ex-presidiario, fortuna que irá a parar a Joe Dalton si algo le ocurre al can. Pero este álbum sobrepasa largamente la simple cuestión de heren­cia, ya que aborda diversos aspectos simultáneamente: de manera ligera, los excéntricos que en EE UU legan su fortuna a sus mascotas; de manera más seria, la agitada persecución a los inmigrantes asiáticos por los blancos racistas. Al año siguiente, la creación de la revista Lucky Luke daría origen a una serie de historias cortas, parte de las cuales serían recogidas en el álbum

Siete historias completas. Del mismo ha sido extraída Pasaje peligroso que, una vez más, refuerza el carácter misógino del héroe. La cuerda del ahorcado reúne diversas historias publicadas entre 1978
y 1981. En ellas, Lucky Luke, viajando de ciudad en ciudad, va resolviendo diversas situaciones complicadas: un fabricante de sogas que incentivaba los ahorcamientos para obtener talismanes que vendía a buen precio (La cuerda del ahorcado), un héroe incapaz de imponerse a los bandidos (El justicero), la dificil integración de un musulmán en el Viejo Oeste (La mina del Camello), un caso amoroso (Ajuste de cuentas), los problemas de un predicador con una tribu de pieles rojas (El ver­bo divino) y por el camino aún tiene tiempo para volver a enviar a los Dalton a la prisión tras un asalto fallido más (Los Dalton toman el tren). En Li-Chi's story, Lucky Luke es solamente un perso­naje secundario, con una fugaz aparición, para ceder el protagonismo a un chino que pasó a la his­toria de los EE UU.

En Sarah Bernhardt, que abre este volumen, Lucky luke es nombrado por el presidente de EE UU para escoltar el periplo de la mítica actriz francesa por territorio americano y para protegerla de even­tuales peligros. Y éstos serán más de los esperados, al multiplicarse los intentos de sabotaje por parte de quienes la denominan "la emperatriz del vicio", y perpetradas por quien menos se espera.













Lucky Luke en España



Lucky Luke ha sido uno de los personajes del cómic francófono pu­blicados en España con más frecuencia, sólo superado por iconos como Tintín o Astérix. Su primera aparición en nuestro país data de 1963 de la mano de Ediciones Toray, en álbumes de tapa dura –formato hasta entonces poco difundido entre nosotros–; el primer tí­tulo fue Fuera de la ley, donde aparecen por vez primera los Dalton. Toray publicó un total de ocho títulos hasta 1969.

Ese mismo año, Lucky Luke pasa a las páginas del semanario Strong, nutrido básicamente de material procedente de Dupuis, publicando una buena selección de sus aventuras hasta su de­saparición en 1971.

En 1972, Editorial Bruguera, que por aquel entonces poseía los dere­chos para España de los personajes de Dargaud –editora de la revista Pilote– como Astérix y Blueberry, toma el relevo, serializando sus aven­turas en su semanario DOT, además de dedicarle varios álbumes más dentro de su colección Pilote.

Hay que esperar hasta 1976, cuando Ediciones Junior, pertenecien­te al grupo Grijalbo, se hace con los derechos del material de Dargaud, para encontrar los álbumes de Lucky Luke editados por fin con una calidad idéntica al original. Con traducciones de Víctor Mora y posteriormente de Alfred Sala, Grijalbo lanzó más de 50 álbumes del personaje –además de otros productos editoriales como libros a base de texto impreso e ilustraciones o cuader­nos para colorerar– incluyendo sus primitivas aventuras aparecidas en los años cuarenta en Spírou, hasta que Grijalbo abandonó la edición de cómics en 1995.

Durante un breve lapso de tiempo, fue Anaya G Ediciones quien publicó algún álbum de Lucky Luke en castellano, catalán y gallego. En la actualidad, Salvat publica tanto los álbumes más recientes de Lucky Luke como las reediciones de sus aventuras previamente publicadas por Grijlabo. Hay que citar también los numerosos semanarios y suplementos de prensa que han publicado por entregas las aventuras del personaje, incluyendo Pequeño País, Guai, Fuera Borda, Yo y Yo, o las catalanas Cavial Fort y Tretzevents.





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